• jueves, 18 de septiembre de 2025
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Opinión /

La retirada de los Reyes de Navarra de Sarasate y la astucia, doblez y perfidia de Asirón (I)

Por Jaime Ignacio del Burgo

Asirón condena a los reyes de Navarra al exilio a perpetuidad en el Parque de la Taconera.

Estatuas en el paseo Sarasate de Pamplona. IÑIGO ALZUGARAY

El alcalde Asirón no descansa. Raro es el día que no anuncie una medida polémica. Nuestro regidor nació en 1960. En aquel tiempo había una canción de moda que bailábamos los jóvenes de entonces cuando íbamos de marcha, que se llamaba La Yenka. La canción iba dando instrucciones de baile: “Izquierda, izquierda, derecha, derecha, delante, atrás, un dos tres. Y vuelta a empezar”. Lo malo es que Asirón solo baila “izquierda, izquierda”. Para soportar muchas de las decisiones de su equipo de gobierno es mejor tomarlas con sentido del humor. Pero reconozco que muchas de ellas no son como para tomarlas a broma. Y esto es lo que ocurre con la expulsión de los seis reyes que se alzaban majestuosos al final del Paseo de Sarasate dando al conjunto una armonía que hasta ahora valoraba la inmensa mayoría de los pamploneses y de los navarros en general. Asirón condena a los reyes al exilio a perpetuidad en el Parque de la Taconera.

En su soberbio artículo “Arrinconar a hombres que han hecho Navarra” (DN, 24 de agosto de 2025), el prestigioso historiador Jesús Fortún demuestra cómo los reyes destronados eran un símbolo del Reino de Navarra, que al parecer desagrada al fundamentalismo abertzale que representa Asirón en Pamplona. Sostiene acertadamente Fortún que Navarra no existiría hoy sin García Ramírez, ni sin Felipe III Evreux, que salvó a Navarra de desaparecer. El rey más relevante de dicha dinastía fue Carlos III el Noble, que unificó los burgos de Pamplona dictando el Privilegio de la Unión, cuyo 602 aniversario hemos celebrado el 8 de septiembre.

II. EL PEPRI EN CONTRA DE ASIRÓN

La decisión de Asirón no ha sido aprobada por el pleno del Ayuntamiento. Se dirá que el alcalde ha hecho uso de sus prerrogativas, pero lo cierto es que el pueblo de Pamplona no ha sido consultado, demostrando que lo del gobierno participativo y abierto es pura palabrería. Sin embargo, la decisión es cuestionable desde el punto de vista jurídico. Porque no ha tenido en cuenta la existencia del PEPRI (Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Casco Antiguo), aprobado por acuerdo del pleno municipal en la sesión de 18 de diciembre de 2002.

El PEPRI tiene por objeto principal la conservación y regeneración del Casco Antiguo, promoviendo su rehabilitación y reforma de manera respetuosa con su valor histórico. El Plan contiene disposiciones claras respecto a las seis estatuas de los reyes que flanquean el andén central del Paseo de Sarasate (ámbito 11). Según el plan aprobado por el Ayuntamiento el 7 de julio de 2001 (publicado en el BON el 7 de septiembre del mismo año), el texto establece que dichas esculturas “se integrarán en el nuevo diseño que se lleve a cabo en el paseo”. El caso es que la ubicación de los reyes en el Paseo de la Taconera no ha sido aprobada por el Pleno municipal. UPN presentó un recurso contencioso-administrativo ante la sala correspondiente del Tribunal Superior de Justicia de Navarra, instando la anulación de la decisión de Asirón de modo que las estatuas permanezcan en el Paseo de Sarasate. Los regionalistas han pedido a la juez de lo contencioso-administrativo la adopción de medidas cautelares consistentes en la suspensión del traslado de los reyes hasta que se dicte sentencia firme. La última novedad es que el pasado día Asirón ha reconocido en el pleno municipal que la modificación del PEPRI era imprescindible para acordar el traslado de las estatuas. Y la Corporación, el 12 de septiembre pasado, acordó iniciar el procedimiento legalmente establecido (información pública, los procedimientos legalmente establecidos sectoriales, aprobación inicial y definitiva, etc.). Esta confesión inesperada tiene un efecto demoledor para el alcalde. Mientras la modificación del PEPRI no se produzca, dando visto bueno a la retirada de las estatuas, la adjudicación de las obras de reforma del Paseo de Sarasate en la nueva Plaza del Parlamento es nula de pleno derecho.

El caso es que la Junta de Gobierno Local aprobó el 3 de julio pasado la adjudicación del contrato para el traslado desde el Paseo de Sarasate al parque de la Taconera de las seis estatuas de reyes de Navarra, encargo que ejecutará la empresa Sabbia Conservación y Restauración SL por un importe de 155.577,84 euros (un 13% por debajo del precio de licitación) y un plazo de ejecución de cuatro meses. Está previsto que estos trabajos comiencen en el plazo máximo de diez días con la revisión del estado de las esculturas y el estudio y protección del entorno de los jardines. Al mismo tiempo, y siguiendo las recomendaciones de Príncipe de Viana, Gerencia de Urbanismo ultima la modificación del Plan Municipal para que estas esculturas, en su nueva ubicación, gocen del mismo nivel de protección que en la actual. El problema está para Asirón en que, mientras no se modifique el PEPRI, la adjudicación es nula de pleno derecho o anulable, sin perjuicio de que pueda haber un delito de prevaricación.

Jaime Ignacio del Burgo es Doctor en Derecho

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