• viernes, 29 de marzo de 2024
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Opinión / A mí no me líe

El abrazo grimoso de Chivite

Por Javier Ancín

"Sainz estudió en mi cole, recuerdo con melancolía. Un cole concertado que por enseñar francés estuvo en el punto de mira -pero con amenazas de bombazos y esas cosas de los etarras. Matar niños y atentar contra centros educativos lo hicieron repetidas veces, no era broma el asunto- de la ideología de jabalí, profesor de una ikastola que surgió al calor del franquismo, y que piensa hacer el PSOE de nuevo alikate".

Presentación de la candidatura del PSN al Ayuntamiento de Pamplona y exposición del programa de modelo de ciudad, con la intervención de la candidata socialista a la Alcaldía de Pamplona, Elma Saiz, y la secretaria general y candidata del PSN a la Presidencia del Gobierno de Navarra, María Chivite. IÑIGO ALZUGARAY
Presentación de la candidatura del PSN al Ayuntamiento de Pamplona y exposición del programa de modelo de ciudad, con la intervención de la candidata socialista a la Alcaldía de Pamplona, Elma Saiz, y la secretaria general y candidata del PSN a la Presidencia del Gobierno de Navarra, María Chivite. IÑIGO ALZUGARAY

Es bonito ser amo de casa. Una felicidad. La felicidad del amo de casa, de la que pocos hablan. Alguien tendría que hacer un tratado. Estoy convencido de que ahora que se ha hecho general, lo de que los tíos seamos amos de casa, acabará siendo una reivindicación del feminismo Irenemonteriano. La mujer en la cocina, que trabajen ellos, machistas.

Yo soy amo de casa y me siento afortunado. He encontrado después de dar mil vueltas mi espacio, mi refugio, mi sosiego, mi razón de ser y de estar en el mundo. Ya no soy nada sin mi cocina. Lo mismo te puedes calzar por la radio una moción de censura, donde un viejo comunista se los merienda a todos, mientras se cuecen las lentejas -chup, chup, chup... como la canción de Australian Blonde-, que puedes atentar salvajemente contra el planeta, licuando con el secador los casquetes de hielo que le han salido al congelador por dejarlo mal cerrado, mientras ves en fotos de reojo en el móvil los abrazos que se mete Txibite con la candidata socialista al ayuntamiento de Irroña.

Y todo sin salir de la cocina, mi universo, con una taza de café en la mano, mirando por la ventana, a la lejanía, como un viejo farero que escudriña el horizonte, abajo el mar, arriba el cielo... o viceversa. Todo agua, fluir de agua, siempre. Be water my friend.

Sainz estudió en mi cole, recuerdo con melancolía. Un cole concertado que por enseñar francés estuvo en el punto de mira -pero con amenazas de bombazos y esas cosas de los etarras. Matar niños y atentar contra centros educativos lo hicieron repetidas veces, no era broma el asunto- de la ideología de jabalí, profesor de una ikastola que surgió al calor del franquismo, y que piensa hacer el PSOE de nuevo alikate.

Ah, la melancolía del pasado que siempre hoy es presente. Qué cosas tiene la historia, y cómo nos llega de distorsionada porque al final siempre la escriben los vencedores: unos en democracia amenazados y mirando bajo los pupitres y otros en la dictadura plantando su edificio, que siguen donde decidieron poner el huevo a finales de los sesenta, con todos los beneplácitos del dictador y camarilla del régimen.

Para político no serviría, confieso, y no solo por tragarme sapos así, que nunca serán príncipes, ni princesas... ni mucho menos presidentes, presidentas de una república a lo Chaves Nogales, burguesa, tranquila, en la que no creen tampoco, sino porque tanto contacto físico me da grima.

Tú imagínate que tienes que achucharte con Coronalzorriz un día caluroso, con los focos del acto apuntándole, empapándole la camisa estampada de sudor prol etario, cada vez más expandido como mole humana, como las versiones de pago de los juegos de ordenador, para optar a sueldazo publico.

Deja, mejor ser pobre y no salir de esta cocina, mientras vas anotando en un papel tus prioridades, tus metas, tus anhelos: macarrones, yogures, cervezas, queso... mirando las ofertas, la cesta de la compra está por la nubes, que la inflación es lo único que va a quedar de este gobierno de izquierda cuando se vaya. Y eso es todo.


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El abrazo grimoso de Chivite