Txibite es así, entre patética y miserable. Siempre con esa actitud de pija de izquierda nueva rica que ni es rica, además, pero que necesita aparentarlo en todos sus movimientos.
- viernes, 26 de abril de 2024
- Actualizado 11:46
Que a Txibite la Ribera le sobra es algo conocido desde hace tiempo. No sabe qué hacer con ella, le rompe los esquemas, se avergüenza porque la Ribera es la negación de sus pactos con los aberchándales. Si hay algo contrario a esos negocios que se trae con el partido de la Eta, con los que piensa volver a calentar trono en Irroña para los señoros de Vitoria durante la próxima legislatura, es la Ribera.
Nació allí, salió de allí pero su forma de actuar es siempre como si no existiera esa parte de Navarra, la de ese snob que triunfa en una ciudad extranjera, rodeado de pedantes, y se avergüenza de su familia cuando va a visitarla.
No quiere, rehúye ese encuentro, niega que los conozca, no sé quién es esta gente, yo con mi ikurriña, con mis amos de Bilbao. Qué bochorno estos paletos navarros que vienen de esos pueblos polvorientos del sur y que no quieren pertenecer al aberchandalato. Que no me relacionen con ellos, por favor. Qué espanto... a ver si se van de aquí toda esta gente cutre. Yo no soy de ellos, yo no soy como ellos, que nadie se entere de que somos parientes.
El trato de Txibite hacia la Ribera es siempre penoso y no pierde oportunidad en demostrarlo cada vez que puede. Si fuera por ella, la regalaba a Aragón o a La Rioja. Fuera, les jodeis el relato a mis amos de Euskadi.
Desprecios, desplantes, impertinencias, desdén... ese es el proyecto Txibite, la marca Txibite, para la Ribera.
Los señores de Vizcaya le exigieron una Navarra uniforme, sometida, artificial, rendida al aberchandalato y como no lo ha conseguido, la Ribera resiste contra el imperialismo vasco del partido de la eta como la aldea gala de Asterix y Obelix -un aberchándal en la Ribera esta más fuera de lugar que un geranio fuera del tiesto-, actúa contra ella con una soberbia y una altanería impropia de una presidenta de toda Navarra.
Una vez más, leo en una noticia de esta casa, el Gobierno de Navarra borra de las fotos oficiales de un acto institucional al alcalde de la segunda ciudad de Navarra, Tudela, capital de la Ribera, esa Ribera que tiene más de cien mil habitantes y que como Txibite no sabe el modo de someterla para el aberchandalato, ha decidido borrarla, que no exista, que desaparezca.
El alcalde de Tudela, Alex Toquero, de UPN, organiza un acto con al arquitecto también tudelano Rafael Moneo, aparece por ahí la consejera de cultura de Txibite llegada desde Irroña y en las fotos que difunden desde el Gobierno de Navarra, con la prepotencia habitual de este ejecutivo socialista, vuelven a borrar al alcalde de la capital Ribera, como ya han hecho otras veces.
Txibite es así, entre patética y miserable. Si no podemos conquistarla haremos que no exista, difundiendo una imagen falsa, distorsionada de la Ribera. Siempre con esa actitud de pija de izquierda nueva rica que ni es rica además, pero que necesita aparentarlo en todos sus movimientos, hasta con la elección de residencia, la que nos enseñó mientras hacía bricolaje, despreocupada de sus obligaciones presidenciales durante los momentos más chungos de los confinamientos de la pandemia. Y eso es todo.
