Si algo ha demostrado la izquierda a lo largo de la historia es que cuando gobierna, lejos de solucionar los problemas, profundiza en ellos. Se pegaron la vida con el mantra de "cuando gobernemos..." y luego gobiernan, como en Navarra, que ya llevan una década en el sillón, y caca. Frakasoak nagusia, como la kalea que va de la iglesia de San Lorenzo a la de San Saturninoak.
Si la anterior temporada fueron los urgentes carriles bici que nadie usa, esta tenemos el drama de la vivienda. Lo carísima que está la vivienda, tú. Terrible, el horror de precios por las nubeak. Intolerablek. Un espanto. Manos al cielo, clamando, oh, dios mío laico, bájanos los precios. Y como el dios laico es como el otro, que no está ni se le espera, y como algo tienen que hacer, que las bases ya se les van poniendo "nervosias" mientras siguen cobrando sus dirigentes los sueldazos a los que no piensan renunciar, lanzan señuelos para entretener al personal y no perder votos.
Ahora andan liados los zurdos con eso que llaman apartamentos turísticos y que en las ciudades navarras deben de ser cuatro o, a lo sumo, cinco. Les han hecho creer a su siempre dócil tropilla que si la vivienda está carísima es porque en lo viejo, donde prácticamente ninguna familia quiere vivir así le regalen el palacio de Guendulain, existen esos alojamientos.
Si algo no tienen las ciudades navarras son turistas. De vez en cuando ves a la típica pareja de jubilados europeos, mapa en mano, con sus sandalias aunque el termómetro no suba de 15ºC, su botella de agua de dos litros para no morir deshidratados en su intrépido paseo por el recorrido del encierro, y poco más; pero hay que hacerlos desaparecer para que los precios en Sarriguren o Ripagaina o Mendillorri o el grupo Orvina bajen.
Pues nada, leña a ese nuevo monigote de trapo: apartamentos turísticos son peor que Satanás. Abro paréntesis. ¿Os habéis fijado que estos zurdos nunca pegan contra los ricos, siempre contra los pobres, que en esos apartamentos turísticos nunca verás a un usuario de hotel de cinco estrellas, sino a familias clase media baja que les supondría un pastón inasumible alojarse en hoteles cuando viajan? Cierro paréntesis.
El caso es que está todo inventado y si quieres que baje el precio de un producto hay dos formulas o que suba la oferta o que baje la demanda. Como la demanda no parece que vaya a bajar, lo que habría que hacer es construir más pisos, que suba la oferta, pero, oh sopesa, nos hemos enterado de que Txemita Mauleón, ese genio de vivir de lo público sin pegar ni chapa/txapa durante toda su vidorra, se opone a que se construya un nuevo barrio en Irroña con al menos 2.500 viviendas de protección oficial. Aplausoak. Bravoak. Perdón, braboak.
¿Los zurdos para quién trabajan realmente en la charca/txarka de Nafacroa? ¿Para quién tienen pacificadas las calles? Mucha protesta de humo a favor de Palestina, contra la OTAN, contra el malvado capitalismo, contra el cambio climático, pero ni media protesta concreta, con nombres y apellidos de aquí, con problemas de aquí, en años. Curioso. Y eso es todo.
