• viernes, 03 de mayo de 2024
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Opinión / A mí no me líe

Madrid es la tierra prometida del aberchándal

Por Javier Ancín

Ah, el amor... el amor clandestino, tan veraniego, tan juvenil, tan redentor. No hay como enamorarte de lo que no te conviene, y disfrutarlo, que es lo que les pasa a todos estos aberchándales con una ciudad a la que despreciaban como concepto y cuando la conocen, no hay forma humana de que no lloren como magdalenas en Barajas.

Uxue Barkos, de Geroa Bai, se reune con el presidente del Parlamento, Unai Hualde. PABLO LASAOSA

Es una constante. Cada vez que un aberchándal vive en Madrid, hace lo imposible por repetir. La última aquejada por el virus matritense es Uxue Barkos. Once años estuvo en Madrid de diputada, entre 2004 y 2015, y ahora anda como loca por irse de nuevo, esta vez de senadora, que Irroña será la capital de Euskkkalerría pero es un soberano coñazo, con ka.

Koldo Martínez se pegó años intentando irse, pero perdía todas las elecciones, hasta que lo consiguió también, como su jefa ahora, vía designación a dedo autonómica. Tanto dio la brasa que hubo que enchufarlo de senador, con una condición, que cuando el partido le llamara para volver -Algún día, y tal vez ese día nunca llegue, te pediré que hagas algo por mí. Pero hasta ese día, considera esto como un recuerdo de la boda de mi hija-, volviera... y aquí en Irroña lo tenemos de nuevo de concejal, triste y desubicado, porque tampoco quería volverse de candidato al ayuntamiento de Irroña. Normal. Quien prueba Chueca -hace poco estuve de nuevo de terraceo en esa plaza y doy fe de lo divertido y libre que sigue siendo aquello, ahora que además han salido del armario ideológico y muchos amigos te confiesan sin problema que votan a Ayuso-, ya no quiere volver a las miasmas y nieblas del pueblo.

Hasta la etarrilla esa de Alchachu ha repetido. Contra Madrid se vive muy bien. Y si es en Madrid, ni te cuento. Daño no le habrá hecho, si acaso, le habrá hecho mejor persona, aunque solo sea un gramo, una pizca, un chispazo. Un destello, como cuando en La lista de Schindler un jerarca nazi mira a una chica guapa y le suelta: para ser judía no estás nada mal...

Que se lo digan al catalufo de Rufián, que prometió estar solo unos meses y no lo sacas de Madrid, desde hace años, ni con agua hirviendo. Su partido lo ha intentado de todas las formas posibles, incluso obligándole a ser candidato a la alcaldía de Santa Coloma de Gramanet, pero nada, ni por esas. Concluidas las municipales en las que se ha metido un guarrazo, se ha largado de allí a su refugio madrileño como alma que lleva el diablo a disfrutar de otros cuatro años de diputado.

Le gusta tanto Madrid que hasta se ha vuelto a enamorar, de una navarra, jefa de prensa del Peneuve en el congreso de los diputados, paseando su amor en paz de Dios por sus calles y sobre todo, sus restaurantes. Si eso no es España, un catalán originario de Jaén comiéndose la boca con una navarra que se cree de Bilbao, por Madrid, rompeolas de todas las historias imposibles, que baje Dios -Iremos a gastarnos unas cuantas noches más a las calles más oscuras y gastadas de Madrid. No he dudado ni un momento, ni un sólo momento de tu amor, de tu amor. Quiero verte amanecer y verte anochecer si ayer y hoy nos dan la espalda como amantes que se van, siempre quedará mañana la mañana de mañana junto a ti, junto a ti...- y lo escuche.

Ah, el amor... el amor clandestino, tan veraniego, tan juvenil, tan redentor. No hay como enamorarte de lo que no te conviene, y disfrutarlo, que es lo que les pasa a todos estos aberchándales con una ciudad a la que despreciaban como concepto y cuando la conocen, no hay forma humana de que no lloren como magdalenas en Barajas, en el momento que tienen que coger los aviones para regresar a sus miserias ideológicas, donde su trompilla pringada se cuece en la marmita de odio local. Y eso es todo.


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