- miércoles, 11 de diciembre de 2024
- Actualizado 13:02
Llueve a estas horas de la mañana y hace frío, el día es una mierda. Pero da igual, este cohete ya lo hemos lanzado y muchos estamos de fiesta. El almuerzo es una recena. Cambiémoslo todo para que todo permanezca. Hay que reinventar las tradiciones para que sean tradicionales mañana.
Este año no hemos tenido que esperar a las 12 del mediodía, ni siquiera a que fuera 6 de julio, el chupinazo lo lanzó, de cabeza, Mikel Merino, jugador de Pamplona, nacido en Osasuna, ayer día 5 de julio, vísperas de las vísperas de San Fermín. En Stuttgart, bendito Stuttgart, donde otro 5, esta vez de noviembre, en 1991, Osasuna metió tres goles, 3, la mitad de los toros que suben por la Estafeta, para pasar a siguiente ronda de la UEFA. Qué bonito es tener recuerdos y que afloren, como las setas con las humedades.
Cómo han cambiado los tiempos, tú. Cuántos niños se ven con la camiseta roja de España por las calles de Pamplona. El futuro es vuestro, chavales, dentro de 30 años puede que tengáis un hijo y podáis celebrar con ellos este bullicio y alegría, sobre la alegría y el bullicio que sentís hoy. Todo suma y mucho más para un sanferminero, donde ni un gorro es suficiente y puedes ponerte tres o cuatro a la vez sobre la cabeza. Quien quiera restar, apartarlo de vuestra existencia, que ese solo ama la turra, que es tan pringosa como la muerte. San Fermín es un exceso y el exceso de alegría nunca es malo.
Voy a dar la vuelta a todos los árboles y todas las señales que me encuentre estas fiestas para, como los dos Merino de Osasuna, celebrar los Sanfermines, las semifinales de España en la Eurocopa, la vida y lo que se ponga por delante. Allá donde esté un palo sobre el que girar, estará alguien dispuesto a darle una vuelta para celebrarlo. Este año el quiosco de la plaza del Castillo será un banderín de córner sobre el que dar vueltas en el baile de la era.
Qué bonito es mezclar deporte y Sanfermines, como hace 30 años también -de todo hace ya 30 años, ay-, cuando éramos jóvenes otros jóvenes. En los años de Indurain solo había toros y bicis (podrían sacar a los munipas bicicleteros, el cuerpo de élite policial recientemente creado por el alikate Asirón, a patrullar las fiestas con cuernos en los cascos, como homenaje a aquellos sanfermines).
Ayer se celebró en la plaza de toros de Pamplona el gol de Merino, con España, como antaño se celebraban en los tendidos y en las andanadas las contrarrelojes de Indurain. Alegría sobre alegría. Fiesta sobre fiesta.
El 9 de julio, San Fermín, España juega la semifinal de la Eurocopa contra Francia. Espero que el alikate entre en razón, por fin, y como en el mundial de Sudáfrica, se pueda seguir el partido por pantalla gigante en la plaza del Castillo. Si total, para los aberchandales son sus dos países. Qué más les da a los batasunos, si van a ganar siempre. País Vasco francés versus País Vasco español.
Que pasen unos felices sanfermines, que viva la alegría, y griten conmigo: Asirón, carbón, pon el pantallón. Y eso es todo.