- sábado, 14 de diciembre de 2024
- Actualizado 13:23
Cuando inauguraron la decoración hace un mes me di un paseo por la ciudad y, sorprendentemente, me pareció un acierto.
Tengo que reconocer que está bonita Pamplona estas navidades. Las luces tienen mejor aspecto que nunca, guardan todas una línea cromática casi musical y se ve el conjunto más limpio, más cuidado, más armonioso. Pamplona está afinada.
Carlos III está espectacular, no la recordaba así en la vida y la plaza de Castillo, con su pista de hielo para los enanos y las guirnaldas de bombillas serenas sobre el kiosco produce gloria verla. Da gusto pasearla y enseñarla a las visitas sin la vergüenza de otras veces. Cómo debe de ser el asunto de sorprendente que la gente guarda cola para fotografiarse con todo esto: recuerdo de la Pamplona refinada y sutil que pudo ser y que ya nunca será.
Qué extraño, me dije, en una ciudad que siempre es un desastre estético, encontrarte con esto. Celebrémoslo, por lo que pueda pasar... y lo que pudo pasar pasó a los pocos días. No ha durado ni un año.
La alcaldesa responsable de que en seis meses las calles hayan mejorado, a la puta calle por unos pactos ideológicos en Ferraz, que nada tienen que ver ni con el ayuntamiento ni con Pamplona, del partido de la Eta con el partido del Gal para que Sánchez siga siendo presidente de sí mismo, contra millones de ciudadanos.
Ya sabía yo que esto no podía durar… era demasiado. Irroña caminando por la senda del buen gusto. Imperdonable. Irroña tiene que estar siempre pintarrajeada, forrada de carteles, pancartas, apestosa, tomada por el aberchandalato, con riñonera, vociferente. O la tienen hecha una mierda o revientan.
Y la reventaron. Llegaron lo paletos señoros de Santos Cerdán, Coronalzorriz, Asirón y su violenta mascota, Abaurrea, con su aroma a Barón Dandiak, como recién salidos de una fiesta del camarada socialista Tito Berni, mucho aroma a estiércol y sonidos de cencerros agitados con el culo, y decidieron que había que terminar con la elegancia. Seguro que se reunieron para firmarlo en la taberna Vienés, ese bar de carretera que plantó Asirón en mitad de un parque coqueto del siglo XIX como es la Taconera en su anterior reinado.
Fuera la mujer, dentro los zafios palurdos. Regreso al pasado de políticas fracasadas, que el alcalde del partido de la Eta ya estuvo una legislatura con un resultado decepcionante. Cada vez que pienso en Asirón recuerdo la losa de cemento que dejó cuatro años en la avenida de las Navas de Tolosa. Homenaje a Jimmy Hoffa, solía llamarlo mentalmente cuando pasaba por ahí. A quién tendrán enterrado aquí abajo.
Cómo será la cosa, que al PSOE le han empezado a decir no gente que hace seis meses iba en sus listas para ser concejal. Mira, que Coronalzorriz haga alcalde al del partido de la Eta, que yo no estoy para pasar a la historia como el que devolvió Pamplona a las garras de los amantes de la violencia, a los que premian manteniendo en la mejor concejalía a condenados por dar de hostias a dos mujeres, como es Abaurrea, personaje que para completar el cuadro, se niega a condenar los asesinatos que su ideología causó en la ciudad. Telita.
Es que lo piensas y es de no creer. Condenado a seis meses de cárcel por hostiar a dos tías... joder con el tipejo y, sobre todo, con el PSOE que premia estos actos tan feministas regalándoles la alcaldía. Y eso es todo.