"Estas cosas hay que contarlas así porque la izquierda, en general, está tan embrutecida, es tan inhumana, tan jodidamente cafre, que piensa que esto es algo poco menos que normal".

En Navarra, el partido que justifica las violaciones va a realizar un acto de propaganda de sus miembros encarcelados por violar mujeres en una escuela de música que lleva el nombre de una víctima de una violación.
A ver, quien dice violar dice pegarte dos tiros en la cabeza. Eso es lo que ha pasado en Berriozar, donde las juventudes del partido de ETA tienen anunciado, para el 17 de abril, un acto en la escuela de música Francisco Casanova —una víctima de los abertzales—. Será un aquelarre a favor de los presos por pegar tiros a la gente, entre otros, a ese vecino del pueblo que da nombre a su escuela de música.
Estas cosas hay que contarlas así porque la izquierda, en general, está tan embrutecida, es tan inhumana, tan jodidamente cafre, que piensa que esto es algo poco menos que normal, que tolerable, este tipo de humillaciones a las víctimas de ETA. Y ni así, me temo, seguirán diciéndote que bueno, jiji-jajá, que no es lo mismo una violación que un asesinato, que vaya comparaciones tienes, y se te pondrán a valorar moralmente entre una violación y un asesinato.
El sadismo de pasar por encima de la memoria de las víctimas, de su dignidad, y que quien lo asesinó lo vuelva a asesinar de nuevo, una y otra vez, es marca de la casa abertzale. No hay casualidad en este acto de Berriozar; es el plan de siempre. Es el mismo modo de operar que cuando profanaban, semana sí, semana también, la tumba de Miguel Ángel Blanco, hasta que sus padres se la tuvieron que llevar de la Comunidad Autónoma Vasca a Galicia, o cuando llamaban a los domicilios de los asesinados, con el cadáver aún sin enterrar, para pedir a sus familiares que les devolvieran la bala con la que lo habían matado.
Una vez más, por cierto, el partido del alikate de Irroña —ese al que el PSOE le ha regalado la alcaldía de Pamplona, ese socio fiel con el que acuerda los presupuestos de Txibite— se ha negado a condenar los crímenes de ETA en una nueva resolución del Parlamento Foral.
En Navarra, el PSOE nos ha condenado a vivir en el horror… el horror. En esas últimas palabras de Kurtz, el personaje de la novela de Conrad, El corazón de las tinieblas. Una y otra vez, el horror, dándole al horror todo el poder de la comunidad.
Como Coronalzorriz, que es el que más ufano se ha mostrado siempre con sus socios del partido de la Eta -qué pasa, son nuestros socios, sí, y van a seguir siéndolo, jódete, facha, que no les vamos a exigir ni que condenen los crímenes de Eta- no tiene pinta de leer mucho, alguien le podría regalar Apocalypse Now, la versión hecha cine por Coppola del libro de Conrad. A ver si así se entera del horror, el horror... esa gruta inmunda llena de oscuridad y muerte que aparece en la película, y que él y los suyos con sus políticas inmorales han convertido a Navarra, condenándonos a vivir en el horror a la población al completo. Y eso es todo.