Hubo momentos que parecía que Osasuna se hacía con el juego, pero eran sólo pequeños arreones que terminaban en una carrera de Víctor Muñoz o algún remate de cabeza de Budimir; Osasuna nunca demostró ser mejor que el Oviedo.
              
              Hacíamos notar la semana pasada que los puntos empezaban a ser importantes para Osasuna, cuestión esta que, antes de comenzar el encuentro del Carlos Tartiere, ya se nos hacía como de victoria obligada para no asomarnos al precipicio. A esto hay que añadir los malos ratos en forma de lesiones que está pasando el equipo rojillo; en fin, todo un cúmulo de adversidades para que el míster pueda hacer una alineación, como él mismo dice, “competitiva”.
Al campo salta un once muy apañado y con muchas ganas de ganar; aparentemente, vuelve la clásica defensa par, con el añadido de la presencia de Raúl en el ataque. La verdad es que se ve que el míster deseaba plantear todo para conseguir la victoria como fuese desde el inicio.
Pero la realidad es muy tozuda y rápidamente nos encontramos con dos equipos que dan muestras de ser escasos en casi todo: defensa, ataque, creación de juego, calidad en la técnica colectiva y todo lo que ustedes quieran; empujones, entradas un poco agresivas, pero fútbol: nada.
En el arranque pudo adelantarse el Oviedo, pero se comprobó que lo de hacer goles es para otra categoría. Los comentarios de la mesa de al lado eran de los de catalogar el partido como de regional: ¿a quién puede ganar Osasuna jugando así? La verdad es que la respuesta es difícil.
Hubo momentos en que parecía que Osasuna se hacía con el juego, pero eran sólo pequeños arreones que terminaban en una carrera de Víctor Muñoz o algún remate de cabeza de Budimir; Osasuna nunca demostró ser mejor que el Oviedo.
Podremos decir que el punto siempre es bueno, pero con la imagen que ha mostrado el equipo rojillo esta noche en Oviedo, pocas ilusiones nos hacemos; o mejoramos en todos los aspectos de cualquier deporte colectivo, y lo aplicamos al fútbol con las armas que tenemos, o lo pasaremos mal esta temporada.
Esperamos que la entrada de Aimar y la recuperación de algún lesionado dé al equipo una imagen más futbolística que la del Carlos Tartiere; dos puntos por encima del descenso son muy pocos. De aquí en adelante, si esto no cambia, a sufrir.
¡Aúpa Osasuna!