Jagoba fiel a su 4-1-4-1 que tan bien le ha funcionado muchas veces, pero con inclusiones novedosas respecto a otros partidos, Nacho recupera su banda, Moncayola a su posición de mayor rendimiento, Barja y Abde en las bandas y el Chimy en punta intentando cambiar la mentalidad en las maniobras ofensivas y defensivas. Cuatro partidos sin hacer gol (excepto en Sevilla), bien merece alguna reflexión por parte de todos, especialmente por parte de los jugadores.
La creación de juego del equipo rojillo, ha sido el caballo de batalla de casi todos los partidos y éste no iba a ser menos. Veinte minutos le bastaron al Villarreal para mostrar cómo se juega en la Primera División, tanto atacando como en defensa. Robo de balón en defensa, ver al compañero del centro que esté libre, balón a la banda, centro medido y gol. Varias veces hicieron lo mismo, incluido el gol anulado y pusieron contra las cuerdas al equipo rojillo.
Lo mejor de todo es que parecían que no corrían, lo hacían sin aspavientos, incluso con alegría. En estos momentos es cuando uno piensa, con cuatro jugadores tan veteranos y que no les pesan los años, ¿cómo pueden hacerlo tan bien y tan fácil? ¿será el presupuesto de 136 millones? También influye. Pero sobre todo los deficientes controles de balón propios, la descolocación defensiva constante y los errores en las entregas, bastó para que los de amarillo mostraran a los espectadores y a los del campo cómo se juega en Primera División.
Tras el descanso dábamos gracias que no fuéramos perdiendo por más diferencia. Jagoba incrusta a Darko en el centro y el equipo tira de garra a ver qué pasa, pero el árbitro y los postes no estaban por la labor: ¿por qué no es penalty el balón que da en el brazo del defensa y el árbitro ni el Var lo miran? Aunque no fue ecuánime el de negro en el reparto de justicia, Osasuna no acertaba a plantearle dificultades a los foráneos. Los cambios consiguieron acorralar un poco más a los muchachos de Setién, y al no encauzar de forma más efectiva las acciones propias, ni los centros, ni los tiros a gol, el contrario no tuvo más remedio que rematar la jugada con dos goles más: 0-3 y hasta la próxima, así se fueron de contentos.
Los conformistas dirán: tenemos lo que tenemos, y los insatisfechos decimos: estos jugadores lo saben hacer mejor, lo han demostrado.
Al grupo le falta espabilar, está con la red rota y hay que arreglarla. Además, olvidémonos de los árbitros, todos sabemos por qué decimos que los grandes comienzan la liga con 10 puntos más que el resto. Nosotros a lo nuestro, que nos falta muy poco para llegar a los 40 puntos salvadores.
¡Aúpa Osasuna!