"A pesar de haber sido el mejor primer tiempo fuera de casa, me pregunto: ¿a quién seremos capaces de ganar lejos del Sadar?"
No sabría en qué grado medir este Sevilla – Osasuna en atención a la rivalidad que ha existido siempre, o si simplemente vamos a hacer lo que podamos, debido a esta “gripe de lesiones” por la que está pasando el equipo rojillo. Partido difícil de inicio debido a la posición en la tabla de uno y otro equipo, aunque sólo estén tres puntos por encima, pero los andaluces se han mostrado en este inicio de temporada un conjunto mucho más sólido que los rojillos.
Con estas premisas por delante, y una alineación con dos “nuevos” en el esquema, Iker Muñoz y Kike Barja, comenzaba el encuentro con una gran parada de Sergio, como aviso a navegantes. Menos mal que el equipo, con un 4-4-2 posicional que se acomodaba a la situación del balón y del contrario, fue adaptándose al juego que imprimía el Sevilla y al que quería plantear Osasuna.
Hemos visto una primera parte muy equilibrada, con un equipo rojillo bien distribuido en el campo y haciendo sufrir al Sevilla. La defensa se mostraba cada vez más segura; el centro del campo, con un Iker Muñoz inmenso, aparecía donde hiciera falta; Raúl García y Víctor Muñoz intentaban sorprender a los blancos por los pocos huecos que quedaban. Creo que ha sido la mejor primera parte que hemos visto hasta ahora, especialmente respecto al equilibrio defensa–ataque. Como borrón, lo poco espabilados que hemos estado al sacar la falta en el alargue del primer tiempo, antes de que pitara el árbitro el final de éste.
La segunda parte ha sido otro partido, porque los goles marcan el devenir de cualquier encuentro, sobre todo si nos cogen despistados o sin la debida concentración. Tanto en la falta que saca el Sevilla en el centro del campo —que soluciona Sergio con una gran parada— como en el penalti que regala el VAR al Sevilla. ¡Qué importancia están adquiriendo en el fútbol los minutos iniciales y finales de los encuentros! Hay que espabilar.
A partir de este gol, el encuentro ha sido otro distinto al planificado en el vestuario, y comienzan los retoques con el fin de darle la vuelta al marcador. La lógica entrada de Aimar hace que Osasuna apriete más al Sevilla, y Raúl García tiene la oportunidad del empate, que desaprovecha por una gran intervención del portero sevillano.
Desde aquí al final es un ir y venir a ver quién marca antes, y pudo ser cualquiera. La entrada de Becker y Herrando no tuvo el efecto esperado; el desorden de ambos equipos fue el que reinó hasta el final.
Por ello, a pesar de haber sido el mejor primer tiempo fuera de casa, me pregunto: ¿a quién seremos capaces de ganar lejos del Sadar? El sábado, a la Real, por supuesto. Si no…