- sábado, 07 de diciembre de 2024
- Actualizado 09:07
El Sánchez Pizjuán no ha sido estadio donde Osasuna se encontrara cómodo a lo largo de las diferentes visitas que ha hecho en su historia. Hoy el resultado es bueno para sumar, aunque hayamos visto dos tiempos totalmente diferentes.
De salida Jagoba opta de nuevo por un equipo que alterna un posicionamiento de 4-4-2 con otro de 5-3-2 según las circunstancias; da descanso a Areso, cede el mando del centro a Muñoz y Pablo Ibáñez y opta por dos delanteros centros de nuevo.
En la primera parte hemos visto dos equipos peleones pero timoratos, sin juego ni control de balón, eso sí, pelea constante, disputas de balón sin miramientos y muchos más errores que aciertos. El Sevilla se adelanta con un gol de los que hay que poner 7 veces a los centrales y explicarles qué son las coberturas y ayudas permanentes, especialmente a Catena; uno a cero y a seguir.
El descanso sirve para hacer una reflexión rojilla y cambiar, sobre todo, el trato del balón y combinaciones entre compañeros, pues en la primera parte parecían enemigos. Esta mejora supone el empate de Budimir, aunque sea de rebote, que es lo que sabe hacer.
Conforme va pasando el tiempo y los cambios introducidos por Jagoba, el juego rojillo mejora, las ocasiones aparecen y Osasuna ahora sí, es más equipo. La entrada en el césped de Areso, Moncayola, Aimar y Arnaiz, hacen que el equipo tenga otro tono y la victoria pareciera cercana; además, al quedarse el Sevilla con 10, Osasuna casi lo consigue.
Nos damos por satisfechos con el punto, pero nos hubiera gustado más la victoria que la hemos tenido cerca.
Estos días estamos inmersos en comentarios, noticias y otras cuestiones sobre las posibles salidas de jugadores de Osasuna para compensar el desequilibrio financiero que arrastra el Club; esta ha sido la constante de Osasuna durante toda su trayectoria para sobrevivir en la máxima categoría. Otra cuestión es el análisis que debe hacer el club sobre la salida de un joven jugador del Promesas por la cláusula establecida al efecto y tener que ir a buscar otro en su misma posición, que seguro le resultará más caro.
Nadie tiene la varita mágica que da la solución a estos problemas, pero no debemos perder de vista que somos un club humilde, pero con orgullo.
¡Aúpa Osasuna!