• miércoles, 15 de enero de 2025
  • Actualizado 19:46

Opinión / Tribuna

Bildu o la Navarra en blanco y negro

Por Manuel Sarobe Oyarzun

"Mientras el resto de España suspira por el AVE, aquí la ultraizquierda vasca reniega de él, aunque, llegado el día, serán los primeros en usarlo".

Tren de alta velocidad AVE (1)
Tren de alta velocidad AVE (1)

Fieles a su inveterada oposición a todo progreso, el mundo abertzale se ha manifestado estos días contra unas prospecciones relacionadas con la alta velocidad ferroviaria. Los batasunos, que no pierden ocasión alguna para empobrecer a Navarra, ya boicotearon la autovía del norte, que buscaba conectarnos con San Sebastián evitando el sinuoso puerto de Azpíroz; y el pantano de Itoiz, construido para regar 59.160 hectáreas, suministrar agua de boca y para uso industrial al 60% de la población, generar energía eléctrica y controlar las avenidas del río Irati. Ignoro en qué medida estos objetivos eran incompatibles con su soñada patria vasca.

Bildu aboga por un tren social. Según la RAE, “social” significa “perteneciente a la sociedad” o “relativo a las clases económicamente más desfavorecidas”.

Desconozco a cuál de las dos acepciones se refieren los radicales, pues su odiado AVE se antoja bastante social en ambas; en 2023 fue utilizado por 32,5 millones de viajeros y, aunque comenzó siendo un tren caro, la irrupción de los nuevos operadores lo han abaratado considerablemente. Un billete entre Madrid y Barcelona reservado con suficiente antelación cuesta 15 euros, menos de los 17,50 que pagamos por ir de Pamplona a Bilbao en autobús.

Los bildutarras proponen un tren comarcal que dé cobertura al corredor de Araba Central que une Alsasua con Miranda de Ebro, con 24 apeaderos. Un proyecto esperable de una coalición de ámbito local integrada por nacionalistas excesivamente apegados a su terruño, que olvidan que también hay vida más allá de la muga.

Las aspiraciones de Bildu nos retrotraen a esa Navarra en blanco y negro en la que apenas viajábamos. Ir a pasar el día a San Juan de Luz, por ejemplo, era toda una aventura pues, además de coronar Belate, exigía ir provistos de pasaporte, carta verde, cambiar moneda y hacer pacientes colas en la cicatera aduana.

Aunque el nacionalismo vasco radical sigue siendo igual de aldeano, la realidad es hoy bien distinta. Las fronteras se han difuminado; es difícil saber cuándo dejamos un país y entramos en otro. Vivimos en una sociedad abierta dotada de modernas infraestructuras, salvo aquí, por donde todavía circula un tren de la bruja acorde con nuestra decrépita estación. Nos subimos a un avión con más facilidad y a menor coste que a un taxi en Pamplona. La juventud, pese al boicot abertzale al PAI, habla fluidamente unos idiomas que antes únicamente dominaban los hijos de las élites y, merced a programas como Erasmus, se pasean por el mundo con una soltura inimaginable para sus padres y abuelos.

Los viajeros se multiplican. A quienes se acercan a conocer esta maravillosa tierra se suman los contribuyentes que la abandonan huyendo de su abusiva fiscalidad; los estudiantes llegados para formarse en nuestras prestigiosas universidades; los graduados talentosos obligados a buscar lejos de aquí las oportunidades que ya no les brinda una Comunidad que desde 2015 dejó de ser “business friendly”; los profesionales que, como los médicos y profesores de la Universidad de Navarra, viven a caballo entre Pamplona y Madrid … Un flujo creciente que no gusta del todo a un nacionalismo con raíces xenófobas y racistas, pues facilita la arribada de foráneos que amenazan con diluir la identidad nacional de su particular aldea gala. Lean a Sabino Arana.

Aunque las redes de cercanías están pensadas para las zonas metropolitanas densamente pobladas, no me parece mal que se potencie un tren regional, si hay demanda, siempre y cuando ello no sea a costa de desatender la larga distancia, pues son muchos más los usuarios que se suben al tren en Pamplona camino de Zaragoza, Barcelona o Madrid, que quienes lo hacen en Uharte Arakil con destino a Alsasua. Bildu añora quizás el ya extinto trasiego de baserritarras entre los distintos pueblos de los valles norteños que acudían a sus ferias con las gallinas aleteando asidas por las patas…

Los abertzales son muy libres de defender sus propuestas, faltaría más. Lo único que les pido, habida cuenta de su escasa cultura democrática, es que acepten lo que las instituciones decidan, algo que históricamente no han hecho. Y es que, cuando los batasunos se oponían a algo, lo hacían a sangre y fuego. HB señalaba y ETA disparaba. Así asesinaron a Ignacio Uría, cuya empresa trabajaba para las obras del AVE. Un crimen que recordarán por el chusco detalle de que su cuadrilla continuó jugando con toda normalidad la partida de cartas a la que se dirigía el fallecido, tras cubrir su baja…

Mientras el resto de España suspira por el AVE, aquí la ultraizquierda vasca reniega de él, aunque, llegado el día, serán los primeros en usarlo. Pero, el problema no son tanto ellos como unos socialistas que por orden de la superioridad se han encamado con estos alérgicos al progreso a quienes han regalado Pamplona, dejando en manos del siniestro Joxe Martín Abaurrea la supresión del bucle ferroviario capitalino. Témanse lo peor.

Me pregunto cuándo diablos volveremos a tener un Gobierno foral centrado en los intereses de Navarra en lugar de en los del secretario general del PSOE. Cuándo trabajará por este Viejo Reyno el controvertido diputado al Congreso aquí electo con más poder -por ahora- en vez de andar zascandileando por Zúrich. Y, por último, cuándo despertará la indolente sociedad navarra y dirá ¡basta! a ser españoles de tercera, orillando a quienes viven anclados en los tiempos de Pernando Amezketarra.

¿Tienes una tienda, un bar, un restaurante o un local comercial en Pamplona o alguna localidad de Navarra?

¿Quieres salir en nuestra sección de Comercio Local y que miles de personas conozcan todo lo que ofreces con una noticia y fotografías hechas por profesionales?

Escríbenos a esta dirección y hablaremos contigo para contactar cuando antes: [email protected]


Apóyanos para seguir realizando periodismo independiente.


  • Los comentarios que falten el respeto y que no se ciñan al tema de la noticia, podrán ser eliminados.
  • Cada usuario será el único responsable de sus comentarios.
Bildu o la Navarra en blanco y negro