• jueves, 25 de abril de 2024
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Opinión / Tribuna

El titanic foral se hunde ante la indolencia de Chivite

Por Manuel Sarobe Oyarzun

Urge que el próximo 28 de mayo nos movilicemos para poner en el puente de mando de Navarra a quien sea capaz de enderezar el rumbo apostando de nuevo por la economía productiva, acompañada de una gestión honesta y eficaz de los recursos públicos. Quedarse en casa no es una opción. Repetir gobierno tampoco.

Los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA) en Navarra son pésimos. María Victoria Chivite Navascués acaba su mandato dejando la friolera de 15.000 parados más de los que encontró. El Viejo Reyno, que antes de que desembarcaran los gobiernos del cambio era la comunidad con menor tasa de paro de España, hoy es la novena, con tendencia a la baja. Solo en el último trimestre hemos descendido tres puestos. Estamos en caída libre merced a las equivocadas políticas del PSN, Geroa Bai, Podemos, Izquierda-Ezkerra y EH Bildu, continuadoras de las que iniciara el cuatripartito presidido por Uxue Barkos, con la que empezó todo. No podemos pretender vivir eternamente del legado de don Félix Huarte, máxime si aplicamos las políticas contrarias a las que el preclaro empresario implementó para llevar a Navarra a la cúspide del desarrollo y prosperidad nacionales.

El dato no es casual. Los restantes indicadores económicos han corrido la misma suerte. Los autoproclamados gobiernos de progreso -vaya tomadura de pelo de nombre- han quebrado la dinámica positiva iniciada en la pasada década de los 60, laminando el marco fiscal y la inversión en infraestructuras que estimularon el emprendimiento y auspiciaron la creación de riqueza y empleo, tan necesarios para financiar los servicios públicos vía impositiva y hacer sostenible una Seguridad Social al borde del colapso. Se incide demasiado en los subsidios públicos olvidando que la mejor política social es aquella que posibilita que cada cual sufrague sus propias necesidades con un trabajo digno, sin dejar, eso sí, a nadie atrás. Aunque no todo son números, pues estar ocupado es, además, una necesidad psicosocial del ser humano. No seríamos quizás el país con mayor consumo de benzodiacepinas del mundo si no hubiera tantos desempleados a los que la depresión o la ansiedad les impide conciliar el sueño.

Los datos del paro son, si cabe, más graves si tenemos en cuenta que Navarra ha creado en esta legislatura más de 5.000 empleos públicos. Somos, tras Extremadura y Andalucía, la comunidad con más funcionarios per cápita de España. Y todavía no sabemos si lo peor está por llegar en función de lo que finalmente suceda con la planta de WV Landaben, donde pintan bastos, según su comité de empresa, que denuncia un trato injusto a una plantilla ejemplar. A la pérdida de carga de trabajo asociada a la transición al coche eléctrico se añade la incertidumbre que rodea la fábrica de ensamblaje de celdas de baterías, tema ya resuelto en Seat Martorell. ¿Tendrán algo que ver las ataduras de Pedro Sánchez con los nacionalistas catalanes y la inanidad del socialismo navarro, que aporta un pírrico diputado al Congreso?

Hubo un tiempo en el que los socialistas forales, frecuentando otras compañías, fueron artífices de nuestros éxitos. Hoy, anteponiendo sus intereses personales y partidistas a los generales de Navarra, han elegido a EH Bildu como pareja de baile. ¿Es ello malo? Júzguenlo ustedes mismos repasando lo que los abertzales representan: un grifo del que no mana agua y campos agostados; un tren chu chu como el de las barracas sanfermineras; ir a San Sebastián por el puerto de Azpíroz; el apoyo durante los años de plomo a quienes mataban en lugar de a quienes morían; su exasperante negativa a reconocer que aquello estuvo mal; violentar cada 7 de julio las fiestas capitalinas en la calle Curia; propiciar la fuga de inversores asfixiándolos fiscalmente; aprobar primero y no corregir después una ley que excarcela a violadores; amenazar nuestra soberanía y autogobierno integrador buscando reducirnos a un herrialde más de Euskadi; importar símbolos ajenos y adulterar los propios; patrocinar una política lingüística alejada de nuestra realidad sociocultural… Todo eso y más es EH Bildu. Y todo eso es lo que estarán favoreciendo quienes el próximo 28 de mayo voten al PSN. Olvídense de aquellos tiempos en los que, pecando de pardillos, creíamos a quienes prometían vehementemente que jamás se cruzarían determinadas líneas rojas.

Alzórriz justifica el infame apareamiento con el mundo abertzale pretextando que, desaparecida ETA, impera la normalidad democrática. Nada más lejos de la realidad. La libertad de elección, base de toda democracia, no existe en la Navarra comanche. Bien lo sabe el PSN que, por puro miedo, sigue sin presentar candidaturas en Etxarri Aranaz, Leiza y tantos otros municipios norteños. Ni ellos, ni los todavía más cobardones de Geroa Bai, teniendo en cuenta que hablamos de feudos nacionalistas. Tampoco Contigo Navarra, otra franquicia de Bildu.

En esta campaña no se fíen de ningún político que no esté conectado a un polígrafo. Júzguenlos por lo que han hecho y no por lo que dicen que harán. La bildutarra Laura Aznal, por ejemplo, ha tenido el descaro de plantarse en Andosilla para apoyar al sector primario manifestando su preocupación  por la sequía, ignorando que los labriegos andolenses riegan gracias al pantano de Itoiz y al Canal de Navarra a los que los abertzales se opusieron a sangre y fuego. Supongo que lo próximo de Laura será convocar a las víctimas del terrorismo para explicarles qué es el dolor.

Los varones socialistas con mayor personalidad y peso político se las arreglan para buscar cualquier pretexto con tal de no coincidir con Pedro Sánchez cuando se acerca a sus comunidades. No es el caso de Chivite, cuya sumisión al mandatario socialista es total, lo cual hace temer que en caso de conflicto de intereses entre el presidente y Navarra -¿WV?- la cirbonera priorice la defensa de su jefe.

Urge un gobierno que vuelva a atraer inversores y deje de despilfarrar el dinero público. Navarra tiene 12 consejerías, Madrid 9; aquí hay 44,4 funcionarios por cada 1.000 habitantes, en Madrid 29,1. Recuerden que Chivite creó 100 cargos innecesarios solo para saciar el hambre acumulado por los socialistas durante tantos años de oposición y pagar el apoyo de sus socios. Y es que, si se gestiona bien -sin casos Davalor ni ruinosas mascarillas-, es posible reducir impuestos y prestar servicios públicos de calidad. Madrid, por ejemplo, es la comunidad con mejor trato fiscal y menores listas de espera en Sanidad a la vez.

Hay que poner fin a la fuga de talento. A Chivite deberían pagarle el sueldo, a pachas, Iñigo Urkullu e Isabel Díaz Ayuso, en agradecimiento a todos los inversores que les deriva. La madrileña ha devenido, de facto, la presidenta de los cada vez más numerosos navarros que recalan en la capital en busca de las oportunidades que les niega la tierra que les vio nacer y en la que recibieron una excelente formación de la que acaban aprovechándose otros.

Los empresarios navarros han clamado recientemente por un nuevo modelo fiscal para atajar la imparable pérdida de competitividad de Navarra, presentando un informe elaborado por Cuatrecasas que aconseja retocar el IRPF, el Impuesto sobre Sociedades, el de Patrimonio y el de Sucesiones y Donaciones. Chivite, más receptiva a las peticiones de los herederos de ETA que a las de quienes crean riqueza, ha hecho oídos sordos.

El Titanic foral se hunde ante la indolencia de su capitana. Urge que el próximo 28 de mayo nos movilicemos para poner en el puente de mando de Navarra a quien sea capaz de enderezar el rumbo apostando de nuevo por la economía productiva, acompañada de una gestión honesta y eficaz de los recursos públicos. Quedarse en casa no es una opción. Repetir gobierno tampoco. Ustedes mismos.


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El titanic foral se hunde ante la indolencia de Chivite