• jueves, 19 de junio de 2025
  • Actualizado 10:07

Opinión

Acaso, en el plano de la filosofía política, Donald Trump no represente más novedad que un chorretón de kétchup sobre la cosmología de nuestro Torrente, genialmente encarnado por Santiago Segura.

No me extraña que el secretario de organización de los socialistas andaluces, Juan Cornejo, estallará hace un par de días ante las constantes y ofensivas declaraciones de Pedro Sánchez para con todos los socialistas que no están con él.

Pablo Iglesias justificó su agarrada verbal con su compañero Íñigo Errejón en el Congreso apelando al hecho, cierto sin duda, de que ninguno de los dos son holandeses.

¡Qué sería de nuestros políticos sin los eufemismos¡ Son pocos los que se atreven a decir con claridad lo que piensan sin buscar refugio en las fórmulas ambiguas que ofrece el lenguaje para disimular cuando a uno no le conviene mojarse.

El ministro Portavoz del Gobierno, Méndez de Vigo, ha ofrecido a la oposición llegar a acuerdos como se llegaron durante la Transición.

En los once días que lleva Donald Trump, como presidente de los EE.UU., ha sembrado el mayor desconcierto político de los últimos años.

Las metáforas acuáticas suelen ser de mal agüero. Pedro Sánchez escogió la de la piscina con agua para ilustrar su voluntad de zambullirse en el torbellino de las primarias del PSOE.

Parece mentira que el juez Santiago Vidal, que tanto ha defendido públicamente una porción de causas justas, se haya metido en una historia, la del secesionismo de Cataluña por las bravas, que necesariamente bastardea la esencia de su oficio, que no es otra que la salvaguarda, para bien de todos, de la ley.

Analizando el comportamiento de los líderes independentistas catalanes llego a una triste conclusión: su comportamiento es tan desleal como cobarde.

Hay populismos con distintas etiquetas, pero tienen un mínimo común denominador: un caudillo que exige poderes sin control, una relación mística con la gente, el pueblo, las bases o los militantes, para devolverles el poder, que él regentará sin controles, y el monopolio de la verdad.

Pedro Sánchez ha movido ficha. Se presenta. "Seré vuestro candidato a la secretaría general del PSOE", dijo en la tierra de Susana Díaz, su gran adversaria interna, ante un auditorio -más numeroso de lo previsto- que esperaba ansioso el anuncio.

ERC no se anda con miramientos y ha "invitado", de manera fulminante, al senador Santiago Vidal a renunciar a su acta en la Cámara Alta, apartándole de la dirección de la formación republicana.

Acaso demasiados años de observación desde la barrera de los acontecimientos políticos me han convencido de un hecho que considero irrefutable: las personas son lo más importante, mucho más que las propias organizaciones y, desde luego, que las regulaciones, para el desarrollo de las instituciones y, en definitiva, para el buen gobierno de los ciudadanos.

Se está hablando mucho estos días de muros, de muros que separan naciones. Trump quiere aumentar en tamaño y número de efectivos que vigilan el que ya existe entre Estados Unidos y México.

Recuerdo esa frase en la radio cuando García le daba paso, y a mi padre decir que había que ver lo que sabía de ciclismo y eso en Navarra es mucho decir, es motivo de respeto.

Estamos ante una nueva aparición de Pedro Sánchez, ahora en una localidad sevillana cuyos militantes socialistas dicen que son esencialmente hostiles al liderazgo de Susana Díaz, que andará a esas mismas horas de 'gira preelectoral interna' (uufff*) por la provincia de Cádiz. Pocos kilómetros de distancia física y muchos de diferencia no ideológica, sino estratégica.

Por obra de las inclemencias meteorológicas (frío, nieve, viento, etc.), en los últimos días se ha incrementado mucho el consumo de energía eléctrica.

En el mundo de las astracanadas y los excesos todo vale. Hasta los temas más importantes que pueden poner en riesgo el frágil equilibrio de las potencias mundiales se solventan con un tuit.

Al Málaga tampoco. Osasuna sigue sin ganar en El Sadar, y lo malo es que la grada ya se ha acostumbrado a ello, y también los jugadores. Hasta el gol, a falta de un cuarto de hora, no habían disparado a puerta. Tres minutos después, la enésima cantada regaló el empate al Málaga. Sin comentarios.

La derecha y la izquierda han tenido históricamente posiciones antagónicas sobre la monarquía, la república, la democracia, la religión, las clases sociales, la igualdad, la propiedad privada y la economía, entre tantas otras cuestiones.

Enfrascados como están los dirigentes más conocidos de Podemos en disputas por controlar los resortes el poder en el seno de la organización han vuelto a perder la oportunidad de aplazar "el asalto a los cielos" para poder ocuparse de problemas terrenales. 

La corrupción, la maldita corrupción, esa que los partidos políticos, con el PP de abanderado, pretenden que olvidemos, sigue ahí, no es cosa del pasado.

Lo que muchos creían que no iba a suceder está sucediendo y es que Donald Trump empieza a cumplir algunas de sus más controvertidas promesas electorales.

Hemos visto estos días, en la televisión, la brutal paliza que le dieron a una joven de 19 años en la puerta de un pub de Murcia una decena de energúmenos cobardes y encapuchados, pertenecientes, presuntamente, a un grupo de extrema izquierda.

"Se puede morir de éxito". Aquella ironía de Felipe González está resultando profética. En España, en términos históricos, lleva camino de cumplirse en relación con el PSOE y fuera, también con la mayoría de los partidos socialdemócratas que durante tantos años han gobernado en los principales países de la Unión Europea.

Ay, la megalomanía, qué mala es, te deforma aún más los rasgos y hace que te conviertas en un grotesco Caravinagre de carne y hueso mientras tú te ves como un Apolo etéreo.

Qué hartos estamos los ciudadanos de a pie de oír continuamente en los medios de comunicación noticias relacionadas con la corrupción política y qué mala sensación tenemos de que los partidos políticos no echan el resto para atajar este gran mal de nuestra sociedad.

Prostitución y trata son dos realidades indisociables. Esta afirmación la pronunció el representante de Médicos del Mundo en el Parlamento de Navarra al presentar un interesante informe realizado por esta ONG de profesionales médicos relativo a la explotación de mujeres y niñas.

Todo lo que se ha dicho y escrito sobre Donald Trump inclina a pensar que estamos ante un personaje escaso de tacto y largo en desmesura. 

Susana Díaz está en campaña. Patxi López está en campaña. Pedro Sánchez también salta al ruedo y las cosas como son hay una gran expectación ante su regreso.

Estados Unidos ya tiene el presidente que han elegido sus ciudadanos y Mariano Rajoy, se ha apresurado a decir que espera que las relaciones entre ambos países no sólo se mantengan sino que mejoren.

Cuando escribo este comentario los tiempos periodísticos me impiden conocer el resultado de la votación entre los siete candidatos socialistas franceses que, este domingo, se enfrentaban en primarias para saber qué dos finalistas concurrirán el domingo próximo a las urnas 'internas' y, así, elegir al vencedor que, en nombre del socialismo galo, estará en las elecciones presidenciales frente a Le Pen, Fillon, Macron...

Dentro del ámbito taurino las redes sociales en su universo 2.0 se convierten por momentos en una jaula de grillos de donde cada vez más huye el aficionado cabal o actúa como mero observador externo.

Jamás el mundo había asistido a un discurso como el de toma de posesión de Donald Trump. He leído muchos adjetivos y calificativos (y descalificaciones, por supuesto) sobre ese discurso, que nadie, nadie, excepto, claro, los que ya sabíamos, ha podido apoyar en Europa.

Donald Trump fue un populista en campaña, lo cual le dio resultado -no ganó en votos pero sí en representantes y en estados, de ahí que sea presidente de la primera potencia del mundo-, y ha vuelto a ser un populista en su toma de posesión.

Desde hace unos días, España entera está alarmada por la subida de la factura de la luz. El primero, el ministro del ramo que ha profetizado que este año pagaremos 100 euros más que el año pasado.

“Lo importante son los resultados. Mirad si no quién ganó el Balón de Oro”. Esto decía Simeone el otro día cuando le preguntaban qué era lo importante en el fútbol.

Mucho, pero mucho, nos gusta a los periodistas anunciar la llegada de nuevas eras. Llegan unas elecciones generales, llega un nuevo líder, la UE da un paso que creemos decisivo en busca de nuevos -o no tan nuevos-- horizontes, el hombre pisa la luna, tenemos dos papas... Yo qué sé.

Me temo que esta vez el título de la columna debería ser el comienzo de la misma: vaya panorama. Y es que esto no da ya más de sí.

Nieve, frío, y subida de la Luz han sido, estos días, las palabras más utilizadas en todos los medios de comunicación y en todas las conversaciones familiares o de café.

El anuncio de la vuelta de Pedro Sánchez a la carretera está generando mucha preocupación entre los responsables de la Gestora presidida por Javier Fernández que, como es sabido, lleva meses intentando reducir la crispación interna desatada tras la traumática defenestración del secretario general.

Hace tiempo en un periódico local vi una foto de una mini concentración de unas 20 personas compuesta por cargos electos de Bildu y miembros de Sortzen que protestaban por la falta de información a los padres en la matricula del vascuence por parte del gobierno que ellos mismos controlan.

Se calcula que hay en España casi dos millones de votantes que, en alguna ocasión, siendo votantes habituales del PP han votado al PSOE, o al contrario.

No sé por qué durante el mandato de la Administración Obama que termina este jueves 20 de enero, una de las mayores obsesiones ha sido colocar a Rusia en la lista de sus principales enemigos.

Me despierto entre sudores, mirando al techo. Febril. Desanimado, cansado, hecho un asco. Me despierto más que febril, con mucha fiebre en realidad.

Hay cosas que le dejan a uno frío, y cosas que le dejan a uno helado, pero una misma cosa puede dejar, dependiendo de a quién, frío y helado.

Poco antes de iniciarse en el Senado la reunión de la Conferencia de Presidentes, una ráfaga de viento abatió las banderas de las comunidades autónomas izadas en la Plaza de la Marina Española de Madrid. 

Tras la reciente detención San Sebastián por parte de la Policía Nacional del cabecilla de una célula perteneciente al DAESH, cuya misión era la de captación y adoctrinamiento de personas para que estas viajarán a Siria o Irak.