Perdida histórica para el comercio de Pamplona. Vinoteca Murillo, uno de los ya escasos negocios centenarios de la ciudad, baja la persiana de su mítico establecimiento de la calle San Miguel, abierto al público desde su fundación en 1890.
Un negocio que ha acompañado durante más de ciento treinta años en el día a día a los vecinos del Casco Antiguo de Pamplona desde que Aniceto Muniain lo pusiera en marcha a finales del siglo XIX y que ahora se despide para siempre de los pamploneses.
En este larguísimo transcurso de actividad, Vinoteca Murillo se fue adaptando al paso del tiempo, evolucionando en fondo y forma pero siempre mantentiendo la esencia, inamovible a las modas.
Desde hace décadas, era la tercera generación familiar quien se hacía cargo del negocio. "Me llegó el turno y me puse a trabajar aquí desde que tenía 14 años. Es algo que siempre me ha gustado y teniendo en cuenta mi edad, no va a cambiar", explicaba su dueño, José Ignacio Murillo, a Navarra.com hace apenas cuatro años.
En aquel reportaje, Murillo relataba cómo el vino siempre había estado presente en los hogares y familias, "casi tanto como el pan", y que a pesar de que en la actualidad se vendía menos vino que en el pasado "este era de más calidad y de mayor precio".
"Mucha gente ahora en las comidas ya no bebe vino. Ahora se consume más durante el fin de semana, como regalo en las celebraciones", relataba Murillo por entonces.
Un producto que tenía en su vinoteca a las mujeres como clientes más habituales, algo que asociaba a que "eran ellas quienes siempre habían comprado el vino de la casa", y que había incorporado al turista como reclamo, al estar en una de las zonas más populares de Pamplona junto a la Iglesia de San Nicolás.
"Sobre todo vienen turistas de otras culturas que saben más de vino, como es el caso de los ingleses. Aunque nunca hayan sido productores siempre han sido consumidores y comerciantes y cuando llegan ya saben lo que quieren, aunque pidan consejo", reflexionaba sobre los clientes extranjeros.
También contaba como el vino navarro era el producto "número uno" en su tienda, siendo "con diferencia" lo que más se vendía. "El consumidor de aquí prefiere lo local", simplificaba Murillo que contaba con un 'Marqués de Murieta' de 1925 como botella más antigua de su colección.
Pero de igual manera que a las tantas tiendas de vino que había en la zona en el pasado, Murillo destacaba que estaban rodeados de competidores en San Antón, San Francisco, Estafeta o la Plaza del Castillo, a su vinoteca también le ha llegado su fin. Un cierre que deja 130 años de historia detrás de sí en el Casco Viejo, Pamplona y su comercio.
Por el momento, el personal encargado del negocio ya ha comenzado los preparativos del cierre si bien continuará atendiendo a los clientes durante algunos días.
