Ricardo Albizu Larrucea tiene 64 años y ha decidido a cerrar su tienda de perfumería en Estella (Navarra). No hay relevo generacional y además su cuerpo le ha dicho que debe cuidarse.
La perfumería Albizu está situada en la Plaza de los Fueros 4 de la ciudad del Ega. Muy cerca de otros establecimientos que hemos conocido en esta sección de comercio local.
Como es el caso, por ejemplo, de la pastelería Ángela con sus alpargatas tradicionales junto a la iglesia de San Juan Bautista, o de la tienda Tadeo que ha cerrado recientemente en la misma plaza de los Fueros.
Ricardo Albizu es la tercera generación de la familia que abrió la tienda, que en los primeros años fue una droguería: "La tienda lleva abierta más de cien años. No lo sabemos con exactitud, aunque creo que son más de 110 años".
"Aquí antes se vendía de todo. Era una droguería de las de toda la vida. En una parte de la tienda se hacían compuestos, sulfatos, y mezclas con productos para el campo", señala Ricardo.
"Empezó trabajando mi abuelo Domingo Albizu hacia 1910 o 1912. Luego lo cogió mi madre Miren y mi padre Ricardo, que trabajó en la tienda desde los 12 años hasta los 76 que murió. No hizo otra cosa que trabajar y trabajar".
La familia Albizu tenía la tienda y además un almacén en Aralar y luego en Morentin "donde vendíamos por Pamplona y por los pueblos con viajantes", explica el dueño de la perfumería.
Ricardo acumula ya casi 40 años de trabajo: "Yo vendía, repartía y hacía facturas desde el año 1988. En 2003 pusimos otra perfumería más elegante en Aralar y funcionó hasta 2018".
A raíz de la pandemia, debido al bajón de ventas, la tienda ha funcionado como almacén para la venta al por mayor, permaneciendo cerrada muchos días debido a que Ricardo estaba vendiendo o repartiendo mercancía por Pamplona y las localidades de tierra Estella.
Ricardo Albizu cumplirá 65 años en julio del año que viene. El principal motivo del cierre es la falta de relevo, junto al delicado estado de salud que le impide hacer su trabajo: "Tengo cuatro hijos, el menor tiene 16 años, y ninguno quiere seguir. Voy a aguantar un año porque además no puedo hacer esfuerzos físicos".
En cuanto a la viabilidad del negocio, asegura: "Estoy aquí solo. Mi mujer trabaja, tres de mis hijos curran y el local es nuestro, así que sacas un sueldo normal. La suerte es que estoy solo y no pago alquiler", indica Ricardo.
El cierre anunciado le entristece: "Me da mucha pena que no siga nadie, pero veo a mis hijos que el viernes a las tres han acabado en sus trabajos y tienen fiesta", concluye.
La familia del estellés Ricardo Albizu siempre ha estado muy ligada al balonmano. Su hijo Aitor es uno de los jugadores más destacados del Anaitasuna de la liga Asobal. Ha firmado hace poco dos años más por el club pamplonés.
