La mercería Conchi abrió sus puertas en Pamplona hace once años, en 2013. Cuenta con un pequeño taller en su interior y no les falta trabajo, al contrario. No obstante, su dueña se ve obligada a traspasar el negocio.
La mercería lencería Conchi está situada en la calle Irunlarrea 13 en el barrio de Mendebaldea. Muy cerca de otros establecimientos que hemos conocido en este apartado de comercio local en la capital navarra.
Como es el caso, por ejemplo, del carnicero - jotero que se ha jubilado hace pocas fechas en Mendebaldea, o el nuevo estudio de estética de Luisa Grisales.
La Mercería Conchi cogió el relevo en 2013 tras la jubilación de las anteriores dueñas de la mercería, que estuvieron quince años. Se llamaban Carmen y Lucía. La apertura fue casi de casualidad y gracias a la buena mano de Conchi Carralero Ruiz.
Conchi es madrileña de nacimiento pero desde pequeña vive en Pamplona, ya que su padre fue destinado a la capital navarra para trabajar en la construcción de la autopista de Navarra. Se quedaron en la ciudad y ha formado su propia familia en Navarra.
El motivo del traspaso de su tienda es poco habitual, ya que solo tiene 58 años de edad: "La historia es que tengo el marido jubilado y presiona", asegura sonriendo. "Si saliese alguien que está interesado, no me importaría dejarlo. Está funcionando de maravilla", asegura Conchi.
"Mi marido lleva ya cinco años que no trabaja, pero tampoco me urge. Me gustaría ir tanteando a ver si sale la oportunidad. Las clientas me dicen que tengo que ampliar la mercería, que no es muy grande, y yo les digo en broma que tengo que jubilarme", comenta.
Además de Conchi, trabajan dos personas más: "Estamos tres personas. Rosa que es la modista, Maite que es la que está atendiendo y yo en todos los lados. Trabajo no falta. Al contrario. Estamos a tope y desbordadas de trabajo".
Cuenta con lencería tanto de hombre como de mujer, pijamas o ropa interior. Al encontrarse cerca del Complejo Hospitalario de Navarra son muchos los que acuden a por batas o ropa de noche tras un ingreso inesperado.
También cuenta con pequeños objetos de mercería como cintas, gomas, lanas, hilos o agujas. "Está todo muy aprovechado en la tienda, no caben muchas más cosas".
"Los arreglos funcionan de maravilla y luego lo que es tema de mercería y lencería tenemos de todo". En cuanto a un relevo en la familia, indica: "Una hija ha estudiado ingeniería industrial y trabaja en Gráficas Estella, y la otra hija está en temas de medio ambiente. Nada que ver con el tema", concluye Conchi Carralero.
