La frutería y charcutería José Mari de Pamplona está abierta desde hace 32 años, desde que José Mari Elizondo Echeguía y su esposa Pilar Lanz Leoz, se trasladaron a trabajar a la capital navarra.
Esta tienda está situada en la calle Miguel Astráin 10 bajo, en pleno barrio de Azpilagaña. Muy cerca de otros establecimientos que hemos conocido en este apartado de comercio local.
Como es el caso, por ejemplo, de la deliciosa pastelería EretzSol con sus pasteles, bollos y salados con sabor boliviano, o la perfumería Peñas con las hermanas Nieves y Mari Jose Mendoza al frente.
José Mari Elizondo y Pilar Lanz proceden del norte de Navarra, de Beintza Labaien y de Olagüe respectivamente: "Vinimos directamente a trabajar del pueblo a Pamplona. Primero en Piensos Unzué, luego repartiendo y vendiendo con una furgoneta, y más tarde nos metimos a ciegas en la tienda donde llevamos 27 años".
Los dos tienen 63 años, una edad en la que ya están en el tramo final de su vida profesional: "Ahora a buscar relevo. Está difícil. No quiere trabajar nadie en estas cosas. Los dos hijos tampoco porque ya han hecho sus estudios, sus trabajos y no quieren saber nada", asegura José Luis.
"Ahora a mirar a ver si viene alguno para hacer un traspaso. Nos gustaría para jubilarme porque ya tengo mis años cotizados. Estuve hablando con la seguridad social y me dijeron que cuando yo quiera me puedo jubilar", explica.
La pareja está muy bien de salud "y con ganas de disfrutar de la jubilación ahora que estamos bien". Lo más llamativo de la tienda es que es a la vez frutería y charcutería: "Nosotros trabajamos todo y nos va muy bien la charcutería. Trabajamos mucho. tenemos muy buen género que seleccionamos después de tantos años".
En cuanto a los clientes, señalan: "La gente del barrio es muy buena. Buenos clientes y esto es ya como un pueblo donde nos conocemos todos. Hemos trabajado mucho y hemos hecho nuestra vida aquí. Tuvimos una dependienta, llegó la pandemia y se fue. Ahora a lo que lleguemos los dos y ya está", indican.
Es una frutería - charcutería, pero en realidad venden un poco de todo: "Es como una tiendica de barrio. Como un ultramarinos. Menos cosas de limpieza vendemos de todo. Cerveza, latas, conservas, galletas. Estamos muy contentos. Aquí hay negocio con los mismos clientes que ya tenemos y a trabajar".
José Mari está dispuesto a ayudar a las personas que quieran seguir el negocio: "Yo estoy dispuesto a enseñarles lo que haga falta. Si tengo que estar un mes con ellos no hay problema. Esto es ideal, por ejemplo, para un matrimonio como nosotros.
En cuanto al horario que tienen actualmente, señala José Mari: "Por la mañana estamos los dos y por las tardes yo solo los lunes y jueves porque es mucho trote para mi, que me levanto todos los días a las cinco de la mañana para ir a MercaIruña a por género fresco".
Pese a la 'paliza' diaria de horas de trabajo, están felices: "Estamos muy contentos. No nos arrepentimos. Hemos trabajado mucho, muy bien y a gusto. Hemos cogido mucho cariño a la gente. Nos da pena y la gente no quiere que cerremos. Por eso sería bueno un relevo. El que quiera venir, aquí estamos", concluye José Mari.
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