Miembros de la Mesa de San Fermín piden al alcalde que regule mediante una ordenanza el protocolo del Chupinazo para evitar mensajes políticos.
Se acercó al micrófono y dijo: "¡Pamplonesas, pamploneses, viva San Fermín, gora San Fermín! Stop genocide. Free Palestine! ¡Viva Palestina libre!". Lidon Soriano, la miembro de la plataforma Yala Nafarroa, de la que forma parte EH Bildu, se saltó el protocolo durante el lanzamiento del Chupinazo anunciador de los pasados Sanfermines para politizar el acto con el que arrancan las fiestas.
El gesto de Soriano vulneró el decreto de Alcaldía aprobado días antes por el propio alcalde de Pamplona, Joseba Asirón, en el que se establecía de forma clara que el pregón del Chupinazo debía ceñirse exclusivamente al mensaje tradicional. Sin embargo, el acto se desarrolló ante una plaza abarrotada y millones de televidentes en todo el mundo, que escucharon las palabras sin que se aplicara ninguna consecuencia.
Este miércoles se ha celebrado en Pamplona la Mesa General de San Fermín, la primera reunión tras las fiestas de 2025, convocada para hacer balance de los Sanfermines y preparar las fiestas de 2026. En el encuentro, controlado por el propio alcalde mediante la inclusión de numerosas asociaciones afines, se valoró con tono complaciente el desarrollo de las fiestas.
Durante el turno de ruegos y preguntas, uno de los grupos representados propuso que el Ayuntamiento sancionara a la lanzadora del Chupinazo por incumplir el decreto municipal. Sin embargo, desde el Consistorio se respondió que al tratarse de una cuestión de protocolo no cabía aplicar sanciones administrativas.
Ante esta situación, surgió la propuesta de elevar el protocolo del Chupinazo a la categoría de Ordenanza municipal, de manera que en futuros Sanfermines quien se salte las normas pueda ser sancionado formalmente.
Más allá del mensaje político expresado por Lidón Soriano, lo cierto es que su acción ha sentado un precedente delicado: cualquiera que lance el Chupinazo podría aprovechar la ocasión para pronunciar lo que quiera, sin riesgo de sanción.
Por ahora, los grupos que apoyan a Asirón han mostrado afinidad con el mensaje pro palestino de Yala Nafarroa. Pero queda en el aire una pregunta clave: ¿qué ocurrirá si un futuro lanzador del Chupinazo utiliza el balcón para defender ideas con las que el propio Ayuntamiento no comulgue? El debate sobre regular con más precisión este acto simbólico de San Fermín está ya sobre la mesa.
