Aceite de oliva, lácteos y cremas centran la investigación de un proyecto navarro que se ha propuesto acabar con las úlceras de presión que afectan a nuestras personas mayores que -desgraciadamente- pasan demasiado tiempo tumbadas por convalecencia o enfermedad.
Se trata del proyecto Prometea, que ha avanzado en el desarrollo de productos y tratamientos naturales, en base a criterios de sostenibilidad y economía circular.
En Europa, la incidencia de las úlceras por presión entre pacientes de población adulta se sitúa entre 5% y 12%, y tiende a aumentar hasta 20% en pacientes de geriatría con enfermedades agudas o crónicas, lo que supone que más de 10 millones de personas padecen úlceras por presión. Esto representa un considerable dolor y malestar para nuestras personas mayores y un importante problema de salud pública, así como una elevada carga económica para los sistemas de salud.
Por este motivo, Prometea persigue desarrollar tratamientos que permitan una regeneración de la piel, controlen los procesos de infección e inflamación y favorezcan la calidad de vida de las personas afectadas.
Tras una primera fase, que se inició a mediados de 2022 y en la que el consorcio revisó y estudió la evidencia disponible sobre la etiología, epidemiología, tratamiento y prevención de las úlceras por presión, el proyecto se encuentra ahora en una segunda fase en la que las diferentes entidades participantes avanzan en el desarrollo de productos innovadores en respuesta a este problema de salud; que afecta de forma diferenciada a mujeres y hombres, dependiendo de factores como la edad, el tipo de centro asistencial, las causas o motivos de la asistencia, la calidad de los cuidados recibidos, la comorbilidad, entre otros.
Estos productos se engloban en cuatro líneas diferenciadas, dependiendo de la especialidad científico-técnica de cada entidad del consorcio: productos sanitarios de uso tópico, productos bebibles y gourmet, enriquecidos con vitaminas, productos fermentados funcionales y productos antisépticos desinfectantes para textiles.
En concreto, de entre los productos que se encuentran en una fase más avanzada de desarrollo, destaca un producto sanitario de clase I, de uso tópico, Se trata de un aceite de oliva ozonizado, complementado con cosméticos tipo crema preventiva, con propiedades regenerativas a partir de ácido hialurónico, polifenoles de olivo encapsulados y aloe vera.
Además, se están desarrollando los conocidos como Nutracéuticos BIO; es decir, productos bebibles y atractivos desde el punto de vista gastronómico, con coadyuvantes para el sueño reparador, propóleo, polifenoles y antioxidantes de la trufa: salsa tartufata, de piquillo trufada, helados y natillas (con lactosuero entero, polifenoles de olivo y propóleo).
Asimismo, otro de los proyectos ha desarrollado productos bebibles y fermentados a base de lactosuero y frutas (con polifenoles y propóleo); e incluso arroz con leche, natillas, helados, jugo de oliva y cervezas (sin alcohol y sin gluten).
De cara a una tercera fase del proyecto, que se espera que comience en el segundo trimestre de 2024, el consorcio prevé contar también con el desarrollo de otros productos de carácter más clínico: aceite ozonificado de uso tópico con capacidad regenerativa, nutracéutico rico en melatonina, pre-probiótico rico en Vitamina K, desinfectante para textiles y apósitos a partir de nanopartículas; cuya efectividad será testada en población objetivo en Navarra.
