- miércoles, 23 de abril de 2025
- Actualizado 19:59
¿Se acuerdan del doctor House, ese tipo bien peculiar al que su equipo acudía cuando no sabían establecer diagnóstico ante un enfermo grave o complicado? Acudían a él con la certeza de que daría en la clave del asunto, que él sabría diagnosticar y, lo que suele ser más complicado, como tratar, como decírselo al enfermo.
"El esfuerzo inútil conduce a la melancolía". La reflexión, más que certera, es de Ortega y Gasset y es de perfecta aplicación al acuerdo que, en cuestión de días, firmarán Mariano Rajoy y Albert Rivera. Sus respectivos equipos negociadores se están viendo las caras muchas horas seguidas.
Patxi López ha denunciado que el PSOE recibe presiones del Ibex, de los medios, en fin que entre unos y otros parece que al PSOE no se le deja vivir y que ante tanta presión lo que toca hacer es mantener las posiciones ya conocidas: que Rajoy pacte "con las derechas", que busque "potenciales aliados", "que trabaje y abandone la tumbona", etc...
El cansancio ha tomado cuerpo en la opinión pública. Después de más de cien días sin Gobierno y con estudiadas escenas de encuentros y desencuentros, con paseo y libro dedicado incluidos, nos encontramos, además de cansados, en una especie de túnel o de laberinto, en el que, sin duda, falta la transparencia prometida.
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, a través de twitter, convertido en canal privilegiado para las ocurrencias, sentimientos e información, nos ha hecho saber que los dos militares que educadamente le tendieron la mano para saludarle lo que en realidad hicieron fue cortarle el paso.