Siempre hubo una fracción izquierdista dentro del PSOE. Minoritaria, pero muy activa. Era algo así como una prolongación de las Juventudes Socialistas hasta que con honrosas excepciones esta agrupación dejó de ser cantera de líderes idealistas para transformarse en abrevadero de trepas.
De la calle vienen y la calle añoran. A juzgar por la victoria de las tesis de Pablo Iglesias (60%) sobre las defendidas por Íñigo Errejón (38%), Podemos está y seguirá en el Congreso, pero al grueso de sus militantes y a buena parte de sus diputados el Parlamento les viene grande. O, según se mire, pequeño.