Juan Iribas (Tafalla, 1973) es autor de 'Te condeno a vivir', ‘El guardián de la intemperie’, ‘El destino de Sofía’, ‘El cuaderno de piel vuelta’, ‘Antes de que huela a café’ y del libro colectivo 'El alma del vino'. Periodista en Thomson Reuters, ha colaborado en radio, prensa y revistas.
Escribo este relato mientras la campana del reloj de la plaza indica las ocho de la mañana. Mi hora preferida del día. Sin duda. Estoy en Tafalla, vivo en Tafalla, aprendo en Tafalla.
El otro día, mientras daba una vuelta por Pamplona, además de cruzarme con algún conocido, tomarme una tónica sin hielos en el Café Iruña y sellar mi enésima quiniela, me paró una mujer.
El otro día coincidí en el portal con el vecino nuevo. Ya tenía ganas de que hubiera algún alma en el 8ºB, pues, desde que se marcharon los tres estudiantes, mi rellano había perdido vida.
El otro día me dejaron una bici para hacer un recado y, mientras le daba a los pedales, tarareé ‘Y sin embargo’, de Joaquín Sabina, hasta que al pronunciar ‘por ti la vida entera’ me entró un mosquito por la boca.
Me resultó fácil localizarlo en el Café Iruña . Recuerdo que sucedió el día de San Fermín. Unas horas antes, como se dejó escrito, “al mediodía del domingo 6 de julio la fiesta estalló. No hay otro...
El viernes pasado llené el depósito de mi coche después de que el chivato me pegara un grito en plena autopista, a la altura de un acueducto que me distrae a diario.