- lunes, 02 de diciembre de 2024
- Actualizado 15:29
Hagamos un poco de historia sobre los nuevos compañeros de viaje de Sánchez y Chivite:
Francisco Javier García Gaztelu, alias Txapote, fue jefe de la banda terrorista vasca ETA, formaba parte del ala más dura y sanguinaria de ese grupo de tarados, supongo que por ser él el más tarado de todos. Participó en numerosos asesinatos como el de Alfonso Mentxaka, Miguel Angel Blanco, Gregorio Ordoñez o Fernando Múgica. Si este último levantara la cabeza y viera a Chivite pactando con sus asesinos y expulsando a la Guardia Civil de Navarra cumpliendo así los deseos de los socios etarras de Bildu…
Y qué decir de Iranzu Gallastegui, alias Amaia. Otra tarada, que hay que estarlo y mucho para echarse de novio a un asesino en serie, sanguinario y despiadado como Txapote. Pero claro, aquí la fenómena no le iba a la zaga. Con una condena de mil años de cárcel, participó junto con su pareja en el asesinato de Miguel Angel Blanco. Mientras que las parejas normales se iban de bares por lo viejo, estos se iban de asesinatos.
Y ahí están Sánchez y Chivite entregándoles de forma totalmente gratuita a esta banda de canallas aquello que no pudieron conseguir con las 9mm parabellum. Una cesión tras otra y así hasta que dejen en la calle a todos los presos de ETA, que es la última exigencia de sus socios de gobierno. Van a quedar estrechas las puertas de las cárceles para tanta peña de ETA y depredadores sexuales que los socialistas están liberando.
Pero insisto en lo de vivir instalados en el lado oscuro de las líneas rojas. No solamente redactan y votan leyes que favorecen a los terroristas y suponen una segunda condena para sus víctimas, es que también han decidido favorecer a violadores, pederastas, pedófilos y depredadores sexuales de toda suerte y condición y ponerse en contra de las mujeres violadas, de los niños abusados… en definitiva de las desgraciadas víctimas de estos monstruos, a la vez que las ponen de nuevo a tiro de todos aquellos que están excarcelando.
Una práctica muy común en política para conocer las intenciones de tu adversario, es preguntarle al último de su clase, al menos luminoso de su equipo, al que más fácilmente cuenta la estrategia para hacerse el importante mientras hunde en la miseria a su formación al revelar dicha estrategia. Y ahí acaba de aparecer Alzórriz para comunicarnos a todos los navarros y navarras que van a volver a pactar con los terroristas de Bildu y que van a ampliar dichos pactos a todos los ayuntamientos navarros posibles. Esto, que ya lo afirmó en su día el otro espabilado de la kuadrilla socialista Santos Cerdán, esta semana lo ha reafirmado Alzórriz. Ya sólo falta que salga Remírez a pedir el voto de violadores y pederastas, el otro colectivo favorecido por Sánchez y el enviado de Chivite en el Congreso de los Diputados entre vítores y aplausos. Que hay que estar también muy tarado para celebrar las nuevas violaciones y abusos a mujeres, niñas, menores… que van a cometer el 20% de los que ya están saliendo a la calle.
En política, en economía, en el día a día de las personas, en el deporte… las líneas rojas están para delimitar el terreno de juego, lo justo, lo prudente, lo sensato. Pactar gobiernos con terroristas, legislar eliminando las leyes que protegen a nuestras menores dejándolas en manos de adultos que quieren aprovecharse de ellas, legislar para favorecer a los depredadores sexuales en detrimento de sus víctimas… no son medidas políticas opinables, son barbaridades que sólo pueden tener lugar cuando la ley no va de la mano de la justicia. Porque si fuera por esto último, algunos de nuestros actuales gobernantes deberían estar al otro lado de los muros de nuestro nuevo y flamante centro penitenciario. Y otros en el lado de los pacientes psiquiátricos. Porque hay que esta muy tarado para encamarse con semejantes kuadrillas…