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Opinión / In foro domestico

La aspirina del toque de queda

Por Ángel Luis Fortún Moral

Ponga un toque de queda en su vida. Es el remedio infalible para controlar lo que se decida llamar incontrolable.

La Policía Municipal de Pamplona controla los coches que circulan por la ciudad durante el toque de queda, la mayoría van o salen de trabajar. PABLO LASAOSA
La Policía Municipal de Pamplona controla los coches que circulan por la ciudad durante el toque de queda, la mayoría van o salen de trabajar. PABLO LASAOSA

Recuerdo de mi época escolar al fraile que nos cuidaba en los recreos y tiempos libres. Me duele la cabeza. Toma aspirina. Me duele la muela. Toma aspirina. Todo se remediaba con la aspirina que sacaba de su bolsillo, removiendo su hábito. Ahora habrían cerrado el colegio y encarcelado al pobre hermano por dispensar tan alegremente medicamentos a menores. Eran otros tiempos.

El argumento fundamental de la petición de toque de queda del Gobierno es que no se pueden controlar los botellones. No se dice si es que no se pueden controlar porque faltan medios o porque la magnitud de los botellones desborda incluso si se contase con el ejército.

Esa es otra. El Auto del TSJN, con prolija fundamentación jurídica, señala que no puede resolver sobre el toque de queda porque no se le facilitan datos. Y recuerda que son datos que sí se le ofrecieron en anteriores ocasiones, de modo que son datos accesibles para el Gobierno. Sólo por esa razón no autoriza el toque de queda. Como expresamente advierte, el TSJN no juzga las medidas en sí mismas, se limita a realizar el control necesidad, justificación y proporcionalidad, es decir, el Tribunal no revisa si las medidas son buenas o malas sino si se cumplen los requisitos de motivación y proporcionalidad que exige el ordenamiento jurídico. En definitiva, alguien no ha hecho su trabajo y pretendía que se le autorizara el toque de queda, “porfi, porfi, porfi”.

Y en eso de no hacer su trabajo, salta la noticia de que el trámite on line de matriculación de vehículos en Navarra no está actualizado, lo que impide a los concesionarios dar salida a los vehículos vendidos. ¿Toque de queda? Venga, que como no se puede controlar la matriculación lo mejor es que nadie se pueda mover. Y que no se olviden pedirlo al TSJN con ojos mucho más implorantes que los del 19 de julio pasado.

Pero ¿cómo no se nos habría ocurrido antes? Lo fácil que hubiera resultado aplicar un toque de queda para atajar el descontrolado tráfico y consumo de drogas que inundaba nuestra Comunidad en los 80 y 90. Con la cantidad de muertes por sobredosis que se producían a diario. Con lo saturados que estaban comisarías y juzgados, amén de los servicios de urgencias. Facilísimo implorar autorización.

Bueno, bueno. Y en aquellas operaciones de salida y retorno de vacaciones, con miles de fallecidos y decenas de miles de accidentes. Con lo fácil que hubiera sido decretar un toque de queda. Hale, “quietos todo el mundo”.

Y hablando de macro-botellones, en Sanfermines y la Navarra en fiestas no se da abasto con la limpieza, el ruido y las borracheras imposibles de controlar. Nada, a partir de ahora, toque de queda. Como en los miles de partidos de fútbol que juegan (jugaban) las criaturas de 8 a 18 años, todos los fines de semana, a lo largo y ancho de nuestra Comunidad; eventos en los que los padres sacan a relucir sus desahogos gallardos y vociferan, insultan y hasta se pelean sin posibilidad de control. Porque ninguna autoridad ha sido capaz de ponerle control. Solución: toque de queda.

Ponga un toque de queda en su vida. Es el remedio infalible para controlar lo que se decida llamar incontrolable. La temporalidad de la Administración, los desvíos presupuestarios, los procedimientos inacabados, las pertinaces ineficacias: toque.


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