• viernes, 19 de abril de 2024
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Opinión / Periodista, de Ayoó. Independiente, pero no de mis ideas, mis amigos y mis estados de ánimo.

Arsénico envuelto en celofán

Por Antonio Casado

Es muy difícil tragarse la presunta transversalidad pregonada por Errejón, al menos tras el provechoso encamamiento de Podemos con Izquierda Unida, que tiene el corazón comunista, como todo el mundo sabe ¿De ahí saldrá una oferta "socialdemócrata", como pretende Pablo Manuel?

Difícil de tragar esa nueva prueba de camaleonismo, de aparente abdicación de la radicalidad, cuando, por ejemplo, su candidato por Jaén presenta un acreditado historial de ocupación de fincas y asalto a supermercados en nombre de los parias de la tierra, los seguidores de Podemos llaman "terrorista" al socialdemócrata Leopoldo López, encarcelado en Venezuela y los eurodiputados del partido morado votan contra la puesta en libertad de este preso político.

Sin embargo, el consorcio formado por Podemos, IU y catorce partidos más (anarquistas, comunistas, ecologistas, antisistema, nacionalistas) parece llamada a ser la segunda fuerza política del Congreso, desbordando al PSOE (el manido "sorpasso"). Al menos en las encuestas publicadas ya en plena campaña. Lo cual encaja con una reciente valoración del lugarteniente moderado de Iglesias. Dice Íñigo Errejón que el habitat natural de Podemos es el de la campaña electoral.

"Si hubiéramos tenido más tiempo de campaña en el 20-J, ahora no tendríamos el reto del desempate". Algunos creemos que es al revés. A medida que se van quitando la careta (sillones y no soluciones, liquidar al PSOE, aplicar técnicas de camuflaje a sus verdaderos objetivos, envolver el arsénico en papel de celofán), más crece el rechazo al partido morado. Sobre todo al caudillismo de su líder, cuyo perfil arrogante y autoritario se esfuerzan por suavizar los responsables de su campaña.

Es por todos sabido que el apareamiento con IU vino impulsado por la caída de la marca Podemos en los sondeos, al tiempo que crecía IU en expectativa de voto. La aportación de este ultimo partido, de casi un millón de votos, compensa sobradamente esa caída y, aunque la suma acabe siendo menor que la del 20-D, cuando fueron por separado, saldrá extremadamente rentable en la asignación de escaños por la ley D'Hondt si, como parece, el nuevo consorcio de la vieja con la nueva izquierda se convierte en segunda fuerza política.

Esa eventualidad ha puesto de los nervios a los socialistas. Su líder, Pedro Sánchez, incluso ha reconocido que buena parte de los votantes socialistas están "desanimados". No es mal comienzo para revertir el desaliento reinante después de verle las orejas al lobo, ahora con piel de cordero, lo cual hace más difícil la respuesta del PSOE al desafío. ¿Cómo rebatir el populismo de quien dice lo que la gente quiere oír, ya no hace "contorsionismo" para evitar la palabra España, ya no asimila la corrupción a la propiedad privada, ya no habla del Congreso como "parlamento burgués de mierda" y mira a la Venezuela chavista como algo distinto y distante?


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Arsénico envuelto en celofán