- miércoles, 11 de diciembre de 2024
- Actualizado 19:00
Como me aburría -los millonarios somos así, llega un momento que consideramos un castigo insufrible levantarnos tarde-, he dejado de ser amo de casa una temporada.
Me propusieron embarcarme de nuevo en un proyecto chulo, de esos tochos, de mucho jaleo, mucho logística, muchos equipos, mucho cuadrar cosas, muchas marcas, coordinarlas, mucha prensa, mucho artista, mucho público y mucha pasta, que son las cosas que molan, y dije que sí. He vuelto a la vorágine, que falta me hacía.
Digo todo esto porque afortunadamente para mi salud mental, no me he enterado una mierda de la investidura de Sánchez. Es sorprende pero ahí arriba, donde se cortan los bacalaos, risrrás-risrrás, no le interesaba a nadie el tema. Y por donde me he movido rojos había unos cuantos. O al menos firmantes de esos manifiestos con que la izquierda da de comer a los patos de sus votantes, sospecho para que les dejen luego en paz temporadas amplias.
La política es una cosa de pobres, para entretener pobres y para que Coronalzórriz farde en como se llame ahora Marengo de su iPhone último modelo -¿por el 15 vamos?- cortesía del Parlamento de Navarra, es decir, de los pobres a los que les interesa la política, que son los que se lo han pagado. El iPhone 12 que le dieron en junio al nene no le gusta, con dos cojones, quiere uno mejor, pero tú paga el aceite de oliva a 15€ la botella. Vota PSOE.
De lo poco que me ha llegado es una referencia de Sánchez a las mujeres, cocinas, la derecha y no se qué de que no quieren que salgan de ellas. ¡La derecha no quiere que la mujer salga de cocina!, gritaba el trolas con más botox en la cara que una folclórica.
Y yo, que tengo la cabeza diseñada para descojonarme del nacional aberchandalato, pues me saltó el chispazo y me acordé de precisamente eso, de mujeres, aberchándales, cocinas y no salir de ellas.
¿No se acuerda ya nadie del grito progresistoak barra feministoak con el que durante años los simpatizantes del partido de la Eta, hoy socios del PSOE, estuvieron dándole la turra a Yolanda Barcina? ¡Barcina, vete a cocina! Vota Bildu.
¿Tampoco se acuerda nadie de que el partido se los señoros del PNV, para luchar contra el machismo -así sale en la prensa amiga, ojo, luchar contra el machismo- hace un par de años, obligó a agrandar las cocinas en las casas nuevas que se construyeran en los terrrrrritorios históricos?
La Maritxu que esté cómoda en su euskoespacio, planchando la ikurriña, como en aquel demencial vídeo que hicieron durante la pandemia del que nos descojonamos a tres carrillos, que a nosotros no nos llama machistas ni Dios. La cocina, al menos, tan grande como la cabeza de Hualde, kabenzotz. Vota PNV.
El milenio que viene a lo mejor los aberchándales de la CAV por fin, no te digo ya un legendariokari, que eso es un imposible, pero al menos tienen por fin una mujer alcaldesa de capital vasca, que aún no saben qué es eso en el año 2023. Telita. Mucha telita con ese tema, que luego los machistas que no quieren dejar salir de la cocina a las mujeres son los de la derecha, que ya llevan dos alcaldesas de Pamplona y una presidenta de Navarra. Y eso es todo.