Las pescaderías son uno de los negocios que sufren con especial intensidad los cierres, pero hay una muy especial como la de Alicia Hernández Orzaiz que tiene el mérito de atender a un valle entero de Navarra, Valdizarbe, con un local en Mendigorría y otro en Obanos.
La pescadería de Alicia es uno de los ejemplos más interesantes de mantener el comercio local en pueblos de pocos habitantes, donde también se nota la competencia de las grandes superficies.
Mendigorría ha sido noticia hace pocas fechas por la celebración de las fiestas de Santa Apolonia con chistorrada, gigantes y comida popular, mientras que la localidad de Obanos destaca por el bar restaurante Gazólaz con su carne a la brasa espectacular.
Alicia Hernández Orzaiz tiene 42 años, es natural de Mendigorría y tiene abierta la pescadería 'La Riada' en su pueblo los martes y jueves de 9 a 13 horas.
En Obanos trabaja en un local alquilado del Ayuntamiento, donde abre los miércoles y los viernes. "Me cojo fiesta los sábados desde que tuve a mi hija, que es lo mejor que he hecho en mi vida", señala Alicia.
"Se está cerrando mucho comercio y soy la única pescatera del valle. Así mantenemos un poco los comercios pequeños porque sino sería difícil. Me va bien. Estoy contenta. Estoy yo solica, pero vivo bien", señala la pescatera.
"Hace ya casi doce años que abrí la tienda. Se jubiló la persona que lo llevaba antes y vi la oportunidad de coger el relevo. Hice una pequeña reforma y adelante", asegura Alicia.
"Nos mantenemos bien con las dos pescaderías. Ya conocemos a todos en el pueblo y sabemos de qué pie cojea cada uno. Ahora en invierno se nota menos gente comprando, sobre todo en Obanos donde hay muchísima más gente en verano".
No obstante, asegura que el negocio va a más: "Estoy muy contenta y cada vez va a más. Procuras traer buen género y dar un buen trato, que es importante. Antes venía gente mayor y ahora viene gente más joven. Estoy contenta. No vamos a llorar", comenta Alicia.
Su horario de trabajo diario es el siguiente: "Subo a Pamplona. Cojo el pescado en Mercairuña. Bajo al pueblo. Preparo el mostrador y abro para las 9, aunque en el pueblo los jubilados madrugan mucho y para las 8 y media les atiendo".
Lo que más se vende "es la merluza, la lubina que gusta mucho a la gente joven, la anchoa que no puede faltar porque si falta anchoa parece que no tienes nada de pescado. Además, se perfectamente quién va a venir, a que hora y lo que me va a pedir", indica la pescatera con una sonrisa.
"Hoy me pillas muy tranquila en un día de perros y tengo poca gente. Normalmente no paro ni un momento y estoy a fuego como una loca. Estoy muy contenta en mi pueblo. Esto no lo cambiaría por nada. Estoy feliz trabajando para mí", concluye Alicia Hernández.
