Pamplona ha despedido esta semana a uno de sus establecimientos de hostelería más icónicos de la ciudad. De manera inesperada, y pese a que había bajado en los últimos años su volumen de negocio, la cafetería Rumbos ha cerrado sus puertas sin previo aviso en la avenida Pío XII.
Abierta desde 1984, la cafetería Rumbos fue durante cuatro décadas un lugar muy concurrido tanto por su ubicación junto a la Clínica Universidad de Navarra como por el trasiego de transeúntes y universitarios propio de la avenida Pío XII.
Además de cafetería, Rumbos contaba con servicio de cocina con menú del día y una amplia variedad de platos en carta. Puesta en marcha por Eugenio Montoya Sánchez, el buen funcionamiento del local de Pío XII le llevó años más tarde a abrir otra localización en la avenida Carlos III.
Esta segunda cafetería, ubicada en pleno centro de Pamplona, estuvo abierta hasta 2018, pasando a ocupar su lugar un Cien Montaditos.
Junto a la cocina permanente, lo que más caracterizaba a las cafeterías Rumbos de Pamplona era su peculiar decoración, con grandes letreros de color amarillo en el exterior, vitrinas expositoras repletas de muñecas, juguetes y vajillas y su inmobiliarios interior de madera y aire clásico.
Otro pedazo de historia de la hostelería de Pamplona a la que decir adiós, en un año especialmente triste en lo que se refiere a la cafetería y repostería con el cierre de la pastelería-cafetería Kilika en la calle Bergamín o el adiós de la pastelería Monjardín en Azpilagaña.
