• lunes, 29 de abril de 2024
  • Actualizado 00:00
 
 

COMERCIO LOCAL

Pamplona dice adiós a todo un clásico tras 40 años vendiendo tartas y pastas artesanales

Se han acabado los madrugones a las seis de la mañana para hacer las tartas y los roscos en el obrador.

El bar pastelería Kilika de Pamplona ha cerrado sus puertas. Navarra.com
La cafetería pastelería Kilika de Pamplona ha cerrado sus puertas. Navarra.com

El matrimonio tudelano formado por Rafael Forcada Huguet y Soledad Garrido de Gracia han puesto el punto final a más de 40 años trabajando en la pastelería Kilika de Pamplona. Se han acabado los madrugones para hacer las tartas, los roscos y todo tipo de pastas artesanales en su obrador.

La pastelería Kilika está situada en la calle Bergamín 26, esquina con la calle González Tablas, muy cerca del colegio de los Jesuitas en el segundo ensanche de Pamplona. Está muy cerca de varios negocios que hemos conocido en esta sección de comercio local.

En su perfil en Instagram señalan: "Nuestra empresa familiar comenzó su andadura en 1983 en el barrio de Iturrama. Recién casados abrimos nuestra primera pastelería. Posteriormente nos trasladamos al segundo ensanche a la calle Francisco Bergamín 26, donde ya llevamos casi tres décadas ofreciendo todo tipo de tartas y pastas artesanales".

El local anuncia en varios letreros que el cierre se debe a la jubilación del dueño. Desde 1991 están en el mismo sitio donde han cumplido 32 años. Hace unos meses esperaban traspasar el negocio para abrir una nueva etapa en sus vidas y dedicarse a las aficiones.

En Tudela, su localidad natal, gozan de cierta simpatía o popularidad ya que Rafael Forcada fue reconocido como 'tudelano ausente' en las fiestas de 2017. El motivo es que desde los veinte años reside en Pamplona pero no olvida su origen. Recibió el homenaje de la peña 'El Brindis'.

Desde hace décadas, Kilika se había convertido en una de las pastelerías preferidas de los pamploneses, especialmente entre los vecinos del Segundo Ensanche de la capital navarra.

La tranquilidad que se respiraba en el local, la buena calidad de sus pinchos y cafés y, sobre todo, las tartas y pastelitos hacían de Kilika todo un clásico de Pamplona. Además de su célebre tarta de hojaldre, que incluso llevaban a domicilio, los roscones de reyes eran otro de sus emblemas.


  • Los comentarios que falten el respeto y que no se ciñan al tema de la noticia, podrán ser eliminados.
  • Cada usuario será el único responsable de sus comentarios.
Pamplona dice adiós a todo un clásico tras 40 años vendiendo tartas y pastas artesanales