Dos viajeros del autobús de línea que cubre el trayecto entre Barcelona y San Sebastián en horario nocturno salvaron su vida y la de otras 50 personas que viajaban a bordo después de que el chófer sufriera un desvanecimiento con el autobús en marcha a unos 90 kilómetros por hora de velocidad.
El suceso tuvo lugar a las 2:35 de la madrugada del martes al miércoles a la Autopista del Ebro A-68, a la altura de Cortes, cuando uno de los viajeros comenzó a percatarse de que el chofer del bus no se encontraba bien.
Por fortuna, en el vehículo viajaba un otro conductor de autobús jubilado y entre los dos, al mismo tiempo que el chofer sufría un desvanecimiento y se desmayaba, consiguieron controlar el vehículo.
Uno de ellos se encargó del volante para evitar salirse de la calzada, mientras el otro, rápidamente y con sus manos, retiró el pie del chofer desvanecido de encima del acelerador.
El vehículo se detuvo tras frenar su propia inercia y el joven que había cogido el volante consiguió orillar el autobús en el arcén con un ligero roce contra el quitamiedos de la autopista.
Ese rece fue lo de menos. Lo importante es que entre ambos salvaron la vida de cerca de medio centenar de personas que viajaban hacia San Sebastián, muchos de los cuales viajaban dormidos y ni siquiera se enteraron del percance hasta que no se detuvo el autobús.
El suceso fue atendido por patrullas de la Policía Foral y por una ambulancia medicalizada que trasladó al conductor al Hospital Reina Sofía de Tudela. Asimismo, los agentes dieron aviso a la compañía de autobuses para que enviaran otro chófer para poder seguir la ruta. Hasta entonces, con la ayuda del conductor de autobús jubilado y de los agentes de la Policía Foral, se condujo el vehículo hasta la estación de servicio de Ribaforada.
Al final, el autobús pudo continuar la ruta y llegar a San Sebastián, pero fue sin duda gracias a los dos héroes que consiguieron evitar una tragedia mayúscula en una carretera en Navarra.
