El bar taberna Jeiki de Pamplona es uno de los primeros del día. Abre a las 6 de la mañana y se ha convertido en una referencia para los trabajadores que salen del turno de noche y para los que madrugan a primera hora.
El bar Jeiki está situado en la calle Iturrama 9, en el barrio pamplonés del mismo nombre. Muy cerca de otros establecimientos que hemos conocido en este apartado de comercio local en la capital navarra.
Como es el caso, por ejemplo de la pescadería Víctor con su txistomar en la misma calle Iturrama, o el bar Txiki Jai con sus callos, ajoarriero y menudicos de gran tradición en la trasera de la calle Esquiroz.
Jon Bilbao Fernández es un pamplonés de 35 años que trabaja en el bar Jeiki "desde que tenía dieciocho añicos. Estuve por la tarde al principio con mis padres, Jon y Esther, hasta que se jubilaron y me quedé yo. Trabajé un tiempo con un compañero que venía por la tarde. Se tuvo que ir y me he quedado yo solo a la mañana".
Lo más destacado del bar es que abre a las seis de la mañana: "Yo vengo aquí sobre las tres de la mañana de lunes a viernes. Preparo unas barras de pinchos con unos 130 o 140 todos los días y a las 6 de la mañana ya tengo bastante gente por el tema de fábricas de noche y alguno que viene de la noche pero de la fiesta, que también suele caer", asegura.
Jon destaca que lo más fuerte "es hasta las diez y media o las once de la mañana. Luego se calma mucho y se está más tranquilo con algún café, vino o cervecica. Los pinchos los vendo todos y todos los días. Algún día tengo que hacer otro puñado porque me he quedado corto. Es raro que sobre algún pincho", señala.
Para las diez y media de la mañana ya no quedan pinchos: "Hay de todo. Pinchos fuertes y llenicos para los currelas de bacon, lomo, queso, tortillas de patata, tortillas normales, etc. tengo una variedad de veinte o veintidos pinchos diferentes. Este es un bar muy familiar y ya conoces el pincho que le gusta a cada uno", explica Jon.
Tienen mucho éxito "las tortillas de patata, la de jamón y queso". Luego un pincho que le llama como el bar, Jeiki, "que es jamón con tortilla de patata pimiento verde o salsa picante o pimiento rojo".
Jon está solo para preparar todo y es un trabajo duro de madrugada: "Al final estoy yo solo y es mucho trabajo. Al principio vienen los que salen de la fábrica, luego los que van a la oficina y otra gente que viene de paso porque le ha gustado el bar".
En cuanto al horario de cierre, se ha marcado las dos de la tarde: "Son once horas todos los días, aunque sales del bar y sigues trabajando porque hay que ir a comprar. Hasta hace poco estaba hasta las tres de la tarde, pero hay que ir a por los crios al colegio y no paras en todo el día", comenta Jon.
Pese al esfuerzo, las horas y los madrugones "estoy muy contento. Me gusta estar mucho con la gente hablando. Eso que todos los días me levanto a las dos y media de la mañana aproximadamente. es una paliza pero compensa. Es lo que me da de comer a los mios".
"Si no te gusta no puedes estar tantas horas. Soy hostelero de cuna. Yo me he criado en una barra", indica el dueño del bar, que destaca lo mal que están los trabajadores autónomos como el: "No te dan ninguna facilidad. No te puedes poner malo. Nos tienen explotados por todos lados, pero seguiremos peleando, concluye Jon Bilbao.
