Leonardo es un antiguo corredor del encierro de Pamplona que en 2018 decidió abrir un negocio de venta de naranjas en el corazón de Iturrama. Naranjas traídas de sus fincas en Valencia, que las vendía junto con fruta de otros proveedores a los vecinos del barrio y a mucha otra gente que habiéndolas probado, venía desde otros puntos, incluso de fuera de Pamplona a comprarlas. Pero la vida ha cambiado para Leonardo. Estos últimos Sanfermines corrió por última vez -dice- un encierro en Pamplona y, tras cumplir 65 años, buscó traspaso para la frutería.
Está muy cerca de otros negocios que hemos visitado en esta sección de comercio local, como es el caso de la antigua mercería Marta o la tienda Iruña Tron de componentes electrónicos.
"La gente ya nos conoce, viene la clientela anterior y ahora tenemos el doble y a veces el triple. Es muy buena zona esta de Iturrama, buenísima. Venía mucha gente por la naranja que la traemos directa del campo nuestro, pero ahora hay mucho más movimiento que antes", aseguraba Leonardo.
No obstante, los años pasan y Leonardo ha alcanzado los 65 años y se ha jubilado. Tenía la tienda en traspaso y ha conseguido que haya relevo: "Es una gente muy maja. Además yo les he ayudado con los clientes y les voy a traer fruta de Valencia, como antes".
Se trata del matrimonio ecuatoriano formado por Maira Columba de 40 años y Kleber Luje de 43: "Somos de Ecuador y llevamos aquí más de veinte años. Nosotros éramos clientes habituales de la tienda. Tenía mucha amistad con la mujer y me dijo que Leonardo estaba a punto de jubilarse y quería traspasar la frutería".
"Me lo propuso. Se lo comenté a mi pareja Kleber y nos decidimos a emprender. Llevamos desde principios de junio. Leonardo nos ha ayudado. No hemos cambiado ningún distribuidor ni nada. Nos traerá las naranjas y mandarinas de su campo en Valencia", afirman.
En estos meses de verano que llevan abiertos no hay mucha venta por las vacaciones: "Nos dice Leonardo que es normal y que él mismo no abría en agosto".
"A partir de septiembre esperamos que suban las ventas. Somos vecinos del mismo edificio y veíamos que se formaba cola para entrar, así que por eso nos decidimos y a ver si tenemos la misma suerte. Por lo menos mantenerla", aseguran.
Los clientes no han encontrado diferencias: "Leonardo ha cumplido. Nos ha ayudado mucho. Les decía a la gente que íbamos a ser los nuevos dueños y nos presentaba a los clientes. A partir de octubre nos traerá sus naranjas y mandarinas", indican.
"La gente sigue viniendo. Nos dicen que bienvenidos y desean que nos vaya bien. Creo que irá bien porque la gente está acostumbrada a los productos y no he cambiado ni el nombre de la tienda. Prefiero estar en Pamplona donde vemos montañas y no Madrid donde estuve unos años trabajando", concluyen Kleber y Maira.
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