La Policía Nacional ha abierto una investigación sobre los hechos ocurridos en la tarde de ayer en una vivienda del casco viejo de Miranda de Ebro (Burgos), donde se registraron varios disparos sin causar heridos, en un enfrentamiento entre dos familias, una de las cuales se atrincheró en el inmueble protegido por los agentes durante varias horas.
Los cinco miembros de esta familia oriunda de la provincia de Segovia -un matrimonio joven, dos hijos menores y un abuelo- permanecieron durante toda la tarde y hasta cerca de la una de la madrugada en el interior de la vivienda, a la que finalmente accedió la Policía, han explicado a EFE fuentes de la Delegación del Gobierno.
Los agentes localizaron en el interior de la casa varios casquillos de pistola y una funda, pero no el arma de fuego con el que al parecer se realizaron las detonaciones.
Por el momento la Policía desconoce quién pudo realizar los disparos, por lo que mantiene la investigación ante posibles denuncias sobre lo ocurrido, sin que haya tampoco detenidos.
El despliegue policial, incluida una unidad de antidisturbios, se retiró progresivamente a lo largo de la madrugada después de que la familia decidió marcharse bajo la protección de los agentes y ahora se encuentra en paradero desconocido.
Para tratar de resolver el conflicto, ambas familias de etnia gitana recurrieron a la mediación de un pastor evangelista, sin que hayan trascendido las conclusiones de su gestión.
Los hechos se desencadenaron a primera hora de la tarde en una vivienda ubicada en la calle Real Aquende, en el entorno del puente Carlos III que da acceso a la parte vieja de la ciudad burgalesa.
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