Los conductores las villavesas de Pamplona han pedido este viernes a la empresa del Transporte Urbano Comarcal (TCC), en el transcurso de una concentración, inspección en los vehículos y una campaña informativa entre la ciudadanía. El fin de estas medidas es intentar evitar así las agresiones verbales y físicas que sufren estos trabajadores.
En este sentido el secretario del comité de empresa, Javier Perú, ha indicado en declaraciones a los periodistas que la concentración en la Plaza de Merindades respondía a la agresión física que sufrió un conductor hace unos días.
El incidente se produjo el 15 de agosto, a las siete de la tarde, cuando le indicó a un viajero que no podía subir al autobús con una bebida y este tuvo una reacción violenta que le ha causado lesiones por las que está de baja.
Es la tercera agresión física del año pero las verbales, con insultos y humillaciones, son frecuentes, ha añadido. Y ha subrayado que por eso quieren que la empresa "tome medidas, que informe de la ordenanza del uso del transporte para que la gente la conozca, que los inspectores de plantilla estén más en la calle y si tienen que poner algún guarda jurado en puntos negros, que los ponga".
Según Perú los autobuses disponen de mamparas para proteger al conductor y de un botón del pánico, pero "hay que educar a la gente porque nosotros solo somos trabajadores, no ponemos las normas que queremos sino que nos las mandan y tenemos que cumplirlas" sin que por ello merezcan ser increpados, insultados o agredidos.
Se trata de situaciones que se dan con viajeros de distintas edades y que afectan a conductores de ambos sexos, aunque más entre las mujeres.
Los trabajadores de TCC quieren medidas ya "porque vamos tarde. Hay que concienciar al usuario de las normas que hay y los inspectores están para hacelas cumplir, para subirse más a los autobuses", afirma Perú.
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