La presidenta del Gobierno de Navarra ha inaugurado en Pamplona el I Encuentro de la Red Interautonómica de Memoria Histórica.
La presidenta Uxue Barkos ha defendido ante los representantes de 13 comunidades asistentes al I Encuentro de la Red Interautonómica de Memoria Histórica la necesidad de recuperar esta memoria porque una convivencia justa debe tener en ella uno de sus "firmes pilares".
Este I Encuentro de la Red Interautonómica de Memoria Histórica, organizado por el Gobierno de Navarra, busca poner en común buenas prácticas y estudiar la posibilidad de avanzar en una coordinación de las políticas de memoria impulsadas por las distintas comunidades autónomas.
La cita ha contado con representantes de los gobiernos de Andalucía, Aragón, Asturias, Baleares, Canarias, Cantabria, Castilla y León, Cataluña, Comunidad Valenciana, País Vasco, Extremadura y La Rioja.
Durante una recepción, Barkos ha destacado que estas jornadas suponen "un hito muy importante a la hora de responder a esa deuda" que las administraciones públicas tienen "con las víctimas del franquismo" y "a ese compromiso de trabajo por la recuperación de la memoria".
"La memoria no es una cuestión de pasado, sino de futuro, y precisa de compromiso y políticas públicas que la transmitan a nuestros jóvenes", ha dicho, y añadido que "es absolutamente necesaria para avanzar en la profundización democrática de nuestras sociedades".
Se trata de que las generaciones futuras conozcan el pasado, recuperen de él los valores de "compromiso, respeto, tolerancia y empatía" de quienes les han precedido, y que así también los "Derechos Humanos prevalezcan en el futuro".
En esta línea, la presidenta ha señalado el compromiso del Gobierno de Navarra "a favor de la convivencia", de una convivencia que "debe ser justa, especialmente con quienes han sufrido el trauma de la violencia".
Para ello, ha destacado, el Ejecutivo foral pretende impulsar políticas públicas de memoria y Derechos Humanos, que den "respuesta a familias que llevaban 80 años esperando" conocer el paradero de sus seres queridos, un reconocimiento oficial para las víctimas del 36 y la retirada de los símbolos franquista de espacios públicos.
