El presidente de la comisión taurina de la Casa de Misericordia, José Mª Marco, ha explicado que la suspensión de las próximas fiestas de San Fermín y, por consiguiente, de la feria taurina es un "duro golpe" para la institución, que se nutre en parte de los beneficios generados por la Feria del Toro.
La Casa de Misericordia es la propietaria de la plaza de toros de Pamplona desde 1922, fecha desde la que sólo se habían suspendido el ciclo taurino en la Guerra Civil, así como en 1978 por los graves incidentes del 8 de julio. También ha habido otras suspensiones puntuales de festejos, por el asesinato de Miguel Ángel Blanco (un encierro y una corrida) o el año pasado por un terrible diluvio que obligó a cancelar una de las corridas.
La institución, fundada hace más de 300 años, es una de las residencias de ancianos con mayor capacidad de España, con cerca de 550 residentes. "Los ingresos de la Feria del Toro son fundamental para paliar el déficit de la actividad asistencial, ya que buena parte de las personas de la Meca son gente sin recursos, algo que priorizamos y que llevamos a gala", ha explicado Marco sobre la importancia de los ingresos anuales derivados de la Feria del Toro y también de la gestión del ferial de barracas, ahora en la Rochapea.
La Feria del Toro cuenta con un presupuesto de 3,9 millones de euros en 2019 y los beneficios cubren entre un 20-30% del proyecto social de la Casa de Misericordia. Esto significa que en 2020 este dinero no entrará en la Misericordia, lo que significa un serio inconveniente que se suma a las dificultades sanitarias que ahora vive la residencia de ancianos, duramente golpeada por el coronavirus. Hasta la fecha, 16 residentes han muertos diagnosticados de Covid-19, otros 64 están siendo tratados como casos confirmados.
La Casa de Misericordia había anunciado la presencia de los hierros de Fuente Ymbro, que iba a sustituir al Puerto de San Lorenzo, Miura, Cebada Gago, José Escolar, Victoriano del Río, Jandilla y las triunfadoras en 2019, Núñez del Cuvillo y La Palmosilla. "No tenemos que resolver ningún contrato, porque aunque se habían anunciado las ganaderías, todavía no estaban los toros concretos reseñados", ha explicado Marco.
Sin embargo, desde la Casa de Misericordia quieren mantener la palabra dada. "En las ganaderías pueden pasar muchas cosas, pero mantendremos la palabra dada y daremos preferencia a los hierros anunciados cuando se pueda dar el caso", ha resumido Marco, consciente también del daño que significa para las ganaderías un año completo en blanco. "Algunas pueden desaparecer, algo que ya ocurrió con las crisis de 2008 y el descenso de festejos".
Sobre la posibilidad de que en 2020 exista la posibilidad en septiembre de programar una feria, el responsable de la Casa de Misericordia asegura que no son capaces ni siquiera de plantearlo ahora mismo. "Depende de las autoridades sanitarias y de la evolución de la situación, ojalá nos encontremos en ese escenario, pero no es algo que ahora mismo parezca posible. No sabemos las restricciones ni los límites que seguirán existiendo más adelante", mantiene.
¿Y sería posible aumentar los días de San Fermín 2021 para compensar el trauma de la suspensión?
"No lo veo prudente, creo que la feria de Pamplona está bien dimensionada y añadir más fechas no creo que fuera lo mejor, más teniendo en cuenta que habrá que ser conscientes cómo sale la sociedad de esta crisis, va a seguir existiendo miedo", reflexiona Marco.
Los toros cinqueños (5 años) que estuvieran previsto venir a San Fermín o a otras ferias tendrán que ser sacrificados en el matadero, ya que el reglamento de Navarra y el del resto de comunidades no permitirá su lidia cuando tengan 6 años, en 2021.
Sin embargo, toros cuatreños (4 años) que fueran a venir a Pamplona en 2020 podrán aguardar en el campo hasta el año siguiente, ya que todavía podrán ser lidiados un año más tarde, si es que en 2021 hay fiestas de San Fermín y el coronavirus ya se ha erradicado.
De hecho, sólo la feria de Olivenza se pudo desarrollar con normalidad a principios de año, pero han quedado también aplazados o canceladas la feria de Fallas de Valencia, la feria de Abril de Sevilla o la feria de San Isidro en Madrid, además de decenas de ferias de localidades menores y festejos populares, todo un grave problema para la cabaña brava de España.
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