• viernes, 29 de marzo de 2024
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SOCIEDAD

Los restos arrojados al inodoro averían una vez al día las instalaciones de depuración navarras

Los restos que causan los atascos suponen ya una media de una avería diaria, y su coste anual asciende a 500 millones de euros en Europa.

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Los desechos arrojados por las tuberías causan una avería diaria en las instalaciones de depuración de Navarra. EP

Los desechos arrojados por las tuberías causan una avería diaria en las instalaciones de depuración de Navarra. Arrojar productos de aseo por el inodoro, como toallitas, compresas, algodones, pañales, preservativos, bastoncillos u otros restos, como colillas de tabaco, es un problema para las redes de saneamiento, y también para las depuradoras, las instalaciones que en última instancia tienen que limpiar el agua.

Así se ha puesto de manifiesto este jueves con motivo de la visita que han realizado los directores generales de Medio Ambiente y Administración Local, Eva García Balaguer y Xabier Lasa, respectivamente, a la depuradora que da servicio a Tafalla y Olite con motivo de la celebración del Día Mundial del Agua.

En el acto han participado también el presidente de la Mancomunidad de Mairaga, Pedro Leralta, y al alcalde de Olite, Andoni Lacarra, ha informado el Gobierno navarro en un comunicado.

Con esta visita, los representantes institucionales han querido subrayar que, en el tema del agua, "la responsabilidad en su calidad y en el consumo eficiente y sostenible no solo se refiere al abastecimiento, sino también al saneamiento y la depuración de las aguas residuales".

En concreto, han puesto el acento en el problema de los "contaminantes emergentes" en las redes de saneamiento y en las depuradoras, pudiendo comprobar in situ las graves afecciones de estos materiales en el funcionamiento de las instalaciones.

Los "contaminantes emergentes", los que causan los atascos en las depuradoras, no solo de Navarra, sino de toda Europa, suponen ya una media de una avería diaria, y su coste anual asciende a 500 millones de euros en el continente. En concreto, arrojar productos de aseo por el inodoro, como toallitas, compresas, algodones, pañales, preservativos, bastoncillos, u otros restos, como colillas de tabaco, es un problema para las redes de saneamiento, y también para las depuradoras.

En los últimos diez años, la empresa pública NILSA, adscrita al Departamento de Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Administración Local ha atendido 3.111 averías por esta causa.

CAMPAÑA CONTRA LAS TOALLITAS EN EL INODORO

El pasado enero NILSA elaboró un informe de caracterización de los residuos sólidos e impropios que llegan al tamiz de entrada, la puerta de entrada de la instalación. Eligió la cuenca del río Arakil y centró el estudio en las depuradoras de Irurzun, Echarri-Aranaz y Alsasua.

El estudio concluye que, tras el porcentaje mayor, correspondiente a materia orgánica, los contaminantes emergentes (toallitas, pañales, compresas) alcanzan el 69% de lo recibido en el tamiz de Irurzun.

Para sensibilizar del problema a la ciudadanía, NILSA puso en marcha en noviembre la campaña '¿Qué hago con las toallitas?', en la que animaba a poner una papelera en el baño, de forma que todos los desechos terminaran en ella y posteriormente en el contenedor de resto, sin ir a parar al WC o al lavabo.

La campaña informaba de que el consumo de toallitas por persona y año es de 15 kilos, que si terminan en las redes de agua residual, las atascan porque no son biodegradables.

DEPURADORAS EN NAVARRA

Por otro lado, el Gobierno foral ha destacado que en la actualidad, las instalaciones de depuración en Navarra en conjunto serían capaces de tratar 215 millones de metros cúbicos al año, por lo que están preparadas para desarrollos urbanísticos, industriales, y puntas de consumo, si se diera el caso, sin necesidad de acometer inversiones en ampliación de capacidad.

Solo en 2016 -último ejercicio completo y auditado- Navarra depuró en el conjunto de todas sus instalaciones, las 141 depuradoras de Navarra, 78.449.268 metros cúbicos de agua residual.

Actualmente, el porcentaje de población sin tratamiento de sus aguas residuales en Navarra se ha reducido al 2%, lo que supone unos 12.000 habitantes dispersos en núcleos de menos de 200 habitantes, cuya carga contaminante es casi nula. El reto se está afrontando ya, y su planificación se establece a varios ejercicios y requiere grandes inversiones.

Durante 2017, NILSA finalizó las depuradoras de Liédena, Lantz, Pueyo, Erro, presentó el proyecto de Lizarraga-Ergoiena, realizó obras en las instalaciones del Curso Bajo del Urederra, en los barrios de Hiribere y Leorlas de Urdax, llevó a cabo mejoras en las plantas de Liédena, Sangüesa, Fitero, Corella, Bajo Ebro, Valtierra-Arguedas, Baztan y Cortes, así como modificaciones en los emisarios de Ezcaroz, Monteagudo, Bajo Arga, Ultzama y Valtierra, y renovó el camino de acceso a la planta de Irurtzun.


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