La doctoranda de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) Aitziber Calleja Satrustegui ha resultado reconocida como mejor investigadora joven por la Red Nacional de Uso Eficiente del Nitrógeno en Agricultura (RUENA) en la primera edición de este galardón, que tuvo lugar en la 19 reunión de la Red, celebrada en Zaragoza.
El premio, evaluado por las ocho empresas patrocinadoras de la Red, distinguía el trabajo que, por "su originalidad y carácter innovador, y por su potencial para ser aplicado al sector agrario, contribuyese mejor al uso eficiente del nitrógeno en la agricultura", explica en una nota la UPNA.
La Red, constituida tanto por grupos de investigación de varias instituciones académicas y de investigación del territorio nacional como por las principales empresas fabricantes de fertilizantes nitrogenados, tiene por objetivo "conectar a todas las personas interesadas en el uso eficiente de fertilizantes nitrogenados, tanto equipos de investigación como de extensión agraria y técnicos, y facilitar la transferencia de conocimiento y tecnología al sector agrario".
Aitziber Calleja es investigadora predoctoral en el instituto IMAB de la Universidad Pública de Navarra (UPNA). Su tesis doctoral, dirigida por Idoia Ariz, investigadora Ramón y Cajal en la UPNA, y por la profesora de la Universidad de Lisboa Cristina Cruz, busca generar conocimiento fisiológico sobre nutrición nitrogenada en hortalizas de hoja que pueda ser transferido al sector hortícola.
La tesis, en concreto, estudia el uso de ciertos moduladores metabólicos que puedan ayudar a que fertilizantes basados en otras formas de nitrógeno distintas al nitrato, como el amonio, puedan ser utilizados en el cultivo de hortalizas de hoja (como la espinaca, la rúcula o la borraja).
Como explica Aitziber Calleja, uno de los problemas asociados a la nutrición nítrica es que ciertos compuestos considerados como "antinutrientes" en la dieta humana tienden a acumularse en los tejidos comestibles de algunas hortalizas. Dado el posible impacto de estos "antinutrientes" sobre la salud, la Comisión Europea establece límites legales para el contenido de alguno de estos compuestos en tejidos comestibles.
Esta medida se aplica a ciertos cultivos de hortalizas de hoja, como pueden ser la espinaca, la rúcula o la lechuga, ya que, estos vegetales son los que habitualmente tienden a acumular en mayor medida estos compuestos.
Paradójicamente, las hortalizas de hoja también presentan alta intolerancia a otras formas de nitrógeno inorgánico diferentes al nitrato como, por ejemplo, amonio, que podrían suponer una fuente alternativa de nitrógeno para la reducción del contenido de estos antinutrientes.
La intolerancia que muestran estos cultivos al amonio promueve que agricultores y productores utilicen fertilizantes preferentemente con base nítrica en horticultura, por lo que en determinadas épocas del año o en regiones concretas no se consigue reducir sus niveles hasta los máximos establecidos por la Unión Europea.
"El uso de algunos moduladores metabólicos, como el que estoy utilizando en mi tesis, ayudan a paliar la sensibilidad que produce la nutrición amoniacal en determinadas hortalizas de hoja, disminuyendo el contenido de los "antinutrientes" regulados por la Comisión Europea y promoviendo el uso de fertilizantes con base amoniacal en el sector hortícola", concluye Aitziber Calleja.
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