El Complejo Hospitalario de Navarra (CHN) ha confirmado el primer embarazo con el diagnóstico genético preimplantacional en el Servicio Navarro de Salud (SNS), una técnica que evita la transmisión de enfermedades genéticas de los progenitores a los recién nacidos.
El Servicio Navarro de Salud comenzó poco antes del verano a aplicar esta técnica que permite diagnosticar enfermedades genéticas en los embriones y que consigue, por tanto, el nacimiento de bebés sanos libres de estas enfermedades, ha informado el Ejecutivo foral en un comunicado.
Según ha explicado el doctor Jesús Zabaleta, responsable de la Unidad de Reproducción Asistida del SNS, "la probabilidad de que las personas portadoras de una condición genética tengan un hijo o hija con una enfermedad, sin dicha técnica, suele ser del 25 al 50%".
"Tras el procedimiento, las probabilidades de que el bebé nazca libre de las enfermedades hereditarias no es del 100%, pero se reducen de forma muy importante a valores residuales", ha remarcado.
En este sentido, el especialista ha detallado que el proceso es bastante largo porque "es necesario realizar estudios genéticos profundos de cada caso". "El embarazo, en esta ocasión, se ha conseguido en el primer intento así que estamos muy satisfechos", ha destacado.
Se trata del primer caso conseguido en la Unidad de Reproducción Asistida del Servicio Navarro de Salud y "un avance en la sanidad pública", dado que se trata de "un servicio que históricamente ha estado concertado con clínicas privadas", han indicado desde el Gobierno navarro.
El diagnóstico genético preimplantacional es una técnica que se incluye en la cartera básica de servicios del SNS desde el año 2014. Sin embargo, estos casos han sido derivados a otras entidades mientras se implementaba la técnica en el Servicio Navarro de Salud. Para ello, a lo largo de la pasada legislatura se han realizado distintas obras, con el incremento del personal y adquisición del equipamiento necesario.
REQUISITOS
El Servicio Navarro de Salud atenderá en la Unidad de Reproducción Asistida de entre 15 a 20 parejas cada año. Las parejas han de cumplir una serie de requisitos como "ser padres o madres portadores de una condición genética, que saben que tienen riesgo en la descendencia, y que son la causa de enfermedades graves, precoces y que no tienen tratamiento". También se tiene en cuenta la edad de los padres, la madre no puede tener más de 40 años y el padre no puede superar los 55 años.
Además, se puede realizar en condiciones genéticas de aparición en el adulto. "Es el caso de personas que saben que son portadoras de un gen que puede originar determinadas enfermedades graves en la edad adulta, por ejemplo, la corea de Huntington. Estos casos también son subsidiarios de la técnica", ha detallado el doctor Jesús Zabaleta.
Como el abanico de posibilidades es muy amplio, es fundamental intentar acotar las enfermedades a los requisitos legalmente establecidos (precoces, graves y sin tratamiento curativo) y que haya uniformidad de criterios.
Para ello, en Navarra se creó el Comité Foral de Reproducción Asistida responsable de los trámites administrativos de los diagnósticos genéticos preimplantacionales que valida los casos, e incluso, algunos de ellos, los que sean dudosos, se llevan al Comité Nacional de Reproducción Asistida del Ministerio de Sanidad.
SOBRE LA TÉCNICA
El doctor Zabaleta ha explicado que la técnica del diagnóstico genético preimplantacional incluye varias fases. Así, "en una primera etapa, el objetivo es conseguir tener embriones, muy similar a hacerse una fecundación in vitro".
La mujer recibe tratamiento, durante al menos dos semanas mediante medicación inyectable, para "conseguir una hiperestimulación ovárica controlada, con el objetivo de que tenga 10 o 15 óvulos -interesa que inicialmente haya un número suficiente de óvulos porque de todos ellos una parte se pierde de forma natural porque tienen mala calidad y otros serán portadores de la enfermedad-".
En la segunda fase, "se fecundan con el semen de la pareja y se generan los embriones". "Cuando estos tienen cinco días se les quita un pequeño fragmento, siendo esta la fase más delicada. En esa etapa de desarrollo el embrión tiene 200 o 300 células de las que se recogen unas 10 y en ellas es donde se aplica el análisis genético. En espera de los resultados, se vitrifica el embrión. Una vez confirmado que el resultado es normal, los embriones sanos se van transfiriendo al útero materno", ha precisado el especialista.
El procedimiento se prolonga alrededor de dos meses. Un mes para conseguir los embriones y el diagnóstico genético, y otro mes para realizar la implantación.
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