Varios trabajadores de la planta de Siemens Gamesa en Aoiz se han encerrado en la iglesia de San Lorenzo desde este jueves, a las 11 horas de la mañana, y han anunciado una jornada de huelga de hambre para luchar contra el cierre de la fábrica en la Comunidad foral y defender sus puestos de trabajo.
En estos momentos, agentes de la Policía Nacional se encuentran en las inmediaciones del centro religioso intentando mediar con los empleados para invitarles a salir.
De esta manera, el comité de empresa y sus trabajadores han intensificado las protestas al considerar que la planta de Aoiz es todavía "joven" y con "una mínima inversión" podría seguir adelante.
"Queremos decirle a la empresa, al Gobierno de Navarra y a toda la ciudadanía en general que somos victimas de la política voraz y sin escrúpulos de una multinacional que, para ganar mas dinero, no le importa truncar la vida y los sueños de 239 familias, pero que tengan muy claro todos de que vamos a luchar hasta el final", han incidido a través de un comunicado en el que explican el desarrollo de esta nueva acción de protesta.
El encierro, de 24 horas, terminará este próximo viernes a las 11.30 horas tras el registro de las firmas, en el Parlamento foral, en contra del cierre de la planta.
Asimismo, la intención de los trabajadores es la de volver a pedir a los diferentes partidos políticos que pasen de "las palabras de apoyo a los hechos y se impliquen con fuerza en la lucha emprendida por la plantilla afectada".
Desde que el pasado 30 de junio se conociera la intención de Siemens Gamesa de echar el cierre de la planta de Aoiz, las protestas de los trabajadores han sido una constante con el fin de revertir la decisión empresarial. Así, los empleados han realizado dos manifestaciones, en Pamplona y Aoiz; organizaron una caravana de más de 50 vehículos que discurrió desde la planta de Aoiz hasta las calles de la capital navarra; también han marchado a pie hasta el Parlamento, se han reunido con numerosos agentes sociales, grupos políticos y el Gobierno de Navarra.
"No queremos, ni podemos asumir que tengamos que sacrificar nuestro futuro y el de nuestras familias, para seguir engordando los beneficios de la multinacional", han añadido.
