Navarra está en plena temporada del pimiento del piquillo. La localidad de Lodosa es la que más fama tiene por el cultivo y venta de la denominación de origen de esta variedad del pimiento y el fin de semana de los días 6 al 8 de octubre va a celebrar su día grande.
No obstante, hay otros pueblos de Navarra que también cultivan y venden el famoso pimiento rojo como es el caso de Legaria con el agricultor Javier Pérez de Zabalza que vende cientos de kilos al día, Mendavia, Estella o Puente la Reina.
Puente la Reina es una localidad que recibe también cientos de visitantes en un mercado que estará abierto mientras dura la campaña hasta casi finales del mes de noviembre. En esta localidad del Camino de Santiago hay tres puestos de venta: Juan Luis Molinet, Eyaralar y Hermanos Latasa.
Hay un olor intenso a pimiento asado con los hornos funcionando desde las 7 de la mañana. Los clientes pueden elegir entre las siete variedades de producto que se venden en sus puestos: calpisa, najerano, pico, piquillo, cristal, morrón y bola.
Puente la Reina presenta este año 2023 la suspensión del concurso de pinchos de pimiento. El ayuntamiento presidido por Itziar Imaz (EH Bildu) ha decidido no celebrarlo con el objetivo de dar una vuelta al formato.
La novedad más destacada, y lo primero en lo que se fijan los visitantes, es el cambio de ubicación del mercado de pimientos. Ahora los tres puestos de venta están en el aparcamiento junto al silo y se pueden ver desde la carretera que atraviesa la localidad.
El mercado se colocaba el año pasado en la campa de Fundación Mena. El motivo del cambio es que se va a construir en la campa el nuevo centro de salud y hace unos meses el consistorio desconocía la fecha de inicio de las obras.
La nueva ubicación es provisional, a la espera de ver si se producen embotellamientos por la gran afluencia de visitantes. El precio es de 2,10 euros el kilo de pimiento asado, diez céntimos más que el año pasado. Limpios a 3,55 euros y en bolsas a 3,80 euros.
Uno de los trabajadores que cada año ocupan uno de estos tres puesto es Juan Luis Molinet. A sus 62 años afirma que este temporada "la venta va regular". "No hay dinero. La nueva ubicación para nosotros está bien, pero los clientes nos tienen que buscar. Hay menos aparcamientos y es un poco de molestia. La media que se llevan es de unos 20 o 25 kilos y vienen de Barcelona, de Valencia y hasta de Canarias".
Por su parte, otros en la plaza son más optimistas en ven la campaña con buenos ojos. "La venta va bien. Está costando un poquito pero nos podemos quejar con la nueva ubicación. El sitio es un poco reducido pero te vas apañando. El suelo de cemento es mejor porque antes era de gravilla. Lo único es que el sitio es pequeño y te tienes que conformar. Hay poco sitio para aparcar, menos espacio y te vas acomodando con paciencia", señala Marisol Eyaralar.
Otra de los que también está contenta con el volumen de venta de este año es Juana Mari Latasa. Bajo su punto de vista la venta está yendo bien y pese al cambio de sitio "la gente sigue viniendo a por pimientos". "Viene mucha gente el fin de semana, sobre todo guipuzcoanos. Hay poco sitio para aparcar y tienen que hacer viajes y aparcar un poco más lejos pero no se ha notado demasiado en la afluencia".
"Nos vamos apañando. El suelo está mucho mejor. Todos al mismo nivel. Se ve desde la carretera y estamos a doscientos metros del año pasado. Esperamos vender toda la cosecha porque el pimiento está muy bueno este año. Estaremos hasta el 20 de noviembre y lo demás lo embotamos", concluye Latasa.
