Laura es la paciente número 100 de la Unidad de Protonterapia que ha tocado la ‘Campana de los Valientes’ en la Clínica Universidad de Navarra, que simboliza el fin del tratamiento con radioterapia.
De origen mexicano, Laura llegó a España el pasado mes de febrero para una reirradiación con protones. El pasado miércoles 17 de marzo, después de 25 sesiones, Laura terminó su tratamiento y ya puede regresar a su país.
Laura es la paciente 100 que finaliza el tratamiento, pero desde que la Unidad de Protonterapia comenzó a tratar pacientes el pasado 17 de abril de 2020, en plena pandemia, 129 personas han recibido este tratamiento.
Del total, 94 son adultos y 35 pediátricos, procedentes tanto de la Comunidad de Madrid como de otras 13 comunidades autónomas, y de países tales como Canadá, Ecuador, México, Suecia, Bulgaria, Ucrania, Portugal y Emiratos Árabes.
Del total de los pacientes, el equipo médico ha tratado 45 reirradiaciones y 17 tipos de tumores diferentes -oligometástasis, craneofaringiomas, ependimomas, nasofaríngeos, meduloblastomas, sarcoma cerebral, condrosarcoma, cordomas, sarcomas de Ewing, sarcomas, rabdomiosarcoma, cáncer de órbita, de esófago, de pulmón, de próstata, de recto y de mama-.
COMIENZO EN PLENA PANDEMIA
La Clínica inauguró su Unidad de Protonterapia el pasado 2 de abril de 2020, 17 días después del inicio del estado de alarma, pero solo con una semana de retraso sobre el plan que se había trazado 28 meses antes.
Ya entonces, su director científico, el doctor Felipe Calvo, comentaba que “solo con el tiempo, se podrá valorar la hazaña de iniciar un proyecto como este en medio de una pandemia”.
11 meses después, y con 129 pacientes que han recibido o están en tratamiento, “vemos el sentido que tuvo seguir adelante. A comienzos de marzo, cuando el mundo se desplomó, nosotros nos encontrábamos en la fase más crítica del proyecto y ya habíamos empezado a ver pacientes que venían demandando este tratamiento”.
El día 11 de marzo se había declarado la pandemia mundial, el 14, el estado de alarma en España y el confinamiento. Muchos hospitales cancelaron toda la actividad no Covid y, “en ese contexto, nosotros estábamos decidiendo continuar con un proyecto único en Europa, por tratarse de tecnología japonesa e ingeniería de mantenimiento compleja, con el riesgo que eso suponía”.
Había que seguir con los tratamientos de los pacientes oncológicos, que no podían esperar, a la vez que “aprendíamos a convivir con la nueva realidad sanitaria y protegíamos a los profesionales, reorganizamos turnos de trabajo, combinados con teletrabajo, ampliamos los horarios de tratamiento y establecimos circuitos seguros para los pacientes oncológicos”, destaca Calvo.
“Cuando empezamos, se trataba de un proyecto pionero en Europa, no había ninguna Unidad similar. Si le unimos el contexto de la pandemia, ha supuesto un gran reto que hemos superado con esfuerzo. Y, sin embargo, no hemos dejamos de tratar a ningún paciente, independientemente de si tenían o no la infección del Covid19”, explica el doctor Javier Aristu, director clínico de la Unidad de Protonterapia.
El equipo aprendió a reorganizar los tratamientos para que aquellas personas que se infectaron por el virus, y estaban tratándose durante ese periodo de protones, pudiesen seguir recibiendo la terapia de protones.
“Solo 11 meses después de tomar la decisión de inaugurar la Unidad, creemos que todos los esfuerzos que hemos tenido que realizar para tratar a 129 pacientes en una situación tan excepcional han valido la pena”, añade Aristu.
QUÉ ES LA PROTONTERAPIA
La protonterapia es la modalidad de radioterapia más segura y precisa que existe, ya que permite tratar exclusivamente la zona tumoral sin irradiar el tejido sano.
“En este periodo, hemos tratado personas con tumores precoces como, por ejemplo, de mama, pulmón o próstata, que tienen muy buen pronóstico y, por tanto, quieren evitar las secuelas futuras derivadas de la radiación que podrían acompañarles durante el resto de su vida. Ahí radica el futuro de la protonterapia: en la generalización de una forma de radiación que permite aumentar la dosis en el tumor y, así, conseguir un mayor control local de la enfermedad, minimizando la irradiación de los tejidos sanos y el riesgo de efectos radioinducidos innecesarios (aparición de segundos tumores)”.
Actualmente, la terapia de protones está especialmente indicada para tumores complejos (por la propia anatomía del tumor, por la resistencia a los tratamientos previos o por la necesidad de reducir los efectos adversos a largo plazo, como es el caso de los niños) y de difícil acceso (cercanos a órganos de riesgo muy sensibles a la radiación, como el corazón o el cerebro).
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