El pasado año se notificaron un total de 458 agresiones externas a profesionales del Servicio Navarro de Salud (SNS), sobre una plantilla de 13.000 profesionales. De ellas, tres de cada cuatro fueron de carácter verbal, y han descendido las agresiones físicas.
El Departamento de Salud ha reforzado la implantación de medidas preventivas, tanto de tipo material como organizativo, para proteger a los y las profesionales sanitarias.
De las 458 de las agresiones notificadas, 351 fueron verbales, 105 físicas y 2 con daños a la propiedad/robo, según el balance realizado por el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales del Servicio Navarro del SNS. Estos datos se han dado a conocer hoy, con motivo del Día Europeo contra las Agresiones a Médicos y Profesionales Sanitarios.
En 2019, esta cifra fue de 393 (275 verbales, 114 físicas y 1 con daños a la propiedad/robo), que se traduce en un incremento significativo de las agresiones verbales y una disminución de las agresiones físicas. Es importante señalar que esta estadística se refiere a las notificaciones y no a las agresiones reales.
El incremento registrado en los últimos años se puede atribuir, en buena parte, a las acciones informativas para fomentar la notificación de agresiones que se vienen realizando, de forma continuada, desde diferentes instancias, como las direcciones de profesionales, el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales y las direcciones sanitarias de los centros del SNS, los agentes sindicales y los colegios profesionales, a fin de minimizar la ‘infradeclaración’ de este tipo de episodios.
En las notificaciones registradas en 2020, el 75% de los episodios de agresión han sido protagonizados por pacientes y el 25%, por familiares o acompañantes.
REFUERZO
Durante el año 2020, el Departamento de Salud ha continuado desarrollando medidas de carácter preventivo, tanto de tipo material, como de tipo organizativo, con el fin de evitar agresiones a su personal.
Así, se ha continuado con el despliegue del sistema de alarma de agresión mediante la utilización del ordenador de sobremesa, una medida que ya se ha implantado en todos los centros de la red de Salud Mental, así como los centros del Área de Salud de Tudela y, aproximadamente, la mitad de los Centros de Atención Primaria de Pamplona. Durante este año se completará el despliegue en el Área de Salud de Tudela y en el resto de los centros de Atención Primaria de Pamplona.
También se han adoptado diversas medidas de tipo material, tales como la instalación de sistemas de alarma con pulsadores fijos o de pulsera, instalación de cámaras de videovigilancia, la modificación del mobiliario y la reforma estructural de algunas áreas en zonas de riesgo.
Además, se ha establecido una coordinación permanente con el Interlocutor Policial Sanitario de Policía Foral, para dar respuesta a aquellas situaciones que lo han requerido.
Debido a la situación de pandemia, no se han podido desarrollar los cursos programados en 2020 sobre técnicas de autodefensa o para la adquisición de habilidades para prevenir agresiones, tales como técnicas conductuales y de comunicación para el manejo de paciente agresivo o paciente difícil. En los cuatro años anteriores se realizaron unas 100 actividades formativas de uno u otro tipo.
AGRESIONES VERBALES
Según el desglose de datos incluidos en el balance anual sobre agresiones a profesionales, de las 351 agresiones verbales a profesionales, 193 notificaciones fueron por amenazas verbales de la persona usuaria, 158 por insultos; de las 105 físicas, 83 por agresiones físicas no intencionadas, 22 por agresiones físicas intencionadas; y 2 por daño a la propiedad/robo. Destacar que, en el caso de las agresiones físicas, el 79% son de carácter no intencionado.
Los casos que han requerido seguimiento por parte del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales son similares al año pasado, un total de 110 y, en 9 casos, las personas profesionales afectadas solicitaron asistencia jurídica, 1 menos con respecto al año 2019.
Las tres principales causas que se han identificado como generadoras de la agresión son: la falta de conexión con la realidad del o la paciente provocada por diversos motivos (127) -en cifras similares a 2019 (120)-; la disconformidad del usuario con la aplicación de protocolos existentes (97), con un importante incremento respecto al año pasado (40); y la discrepancia con el tratamiento o el diagnóstico (52 notificaciones respecto a 62 en 2019).
En relación con las agresiones físicas, hay que resaltar que, como causa del 80% de las mismas, se ha identificado la falta de conexión con la realidad del o la paciente provocada por diferentes motivos.
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