Los socialistas manejan estudios demoscópicos que, allá donde la realidad se confunde con los deseos, anuncian que la coalición de Podemos Unidos (no es casual el alterado orden de los factores) cosechará menos votos que Podemos Separados (suma de los obtenidos el 20-D por IU y Podemos), aunque pueden obtener más escaños.
Unos lo llaman pacto del botellín y otros pacto del botellón. Ganas de enredar. No es buen comienzo esta vinculación alcohólica -bueno, digamos simplemente recreativa-, del más ruidoso de los vectores aparecidos en vísperas de la campaña electoral como referencia del quinielismo aplicado a lo que podría ocurrir el 26 de junio por la noche.