• viernes, 29 de marzo de 2024
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Opinión /

El suicidio de UPN en Navarra ante las próximas elecciones

Por Alfonso Ibáñez

Solamente hay una cosa peor en política que tener una estrategia equivocada, y es no tener ninguna estrategia, porque entonces tienes la que te adjudica el adversario. 

El presidente de UPN y candidato a la presidencia del Gobierno de Navarra, Javier Esparza. IÑIGO ALZUGARAY

En Navarra tenemos tres bloques políticos, derecha, izquierda y nacionalismo. Esto hace que obtener una mayoría absoluta resulte prácticamente imposible a no ser que seas Feijóo en Galicia. 

Sin duda alguna, estas elecciones tenían que haber sido el gran momento de Navarra Suma para apropiarse del electorado constitucionalista. La debacle que se anuncia tanto en el PSN como en las izquierdas radicales habrían supuesto que NA+ se erigiera como la gran opción de voto útil contra un Bildu trufado de etarras que va a crecer a costa de Geroa Bai. 

Pero al igual que hay que reconocer el gran acierto de Javier Esparza al crear NA+, hay que destacar el inmenso error que ha cometido al negarse durante años a reafirmarla permitiendo así su ruptura y disolución. 

Cuando más posibilidades tenía NA+ de convertirse en la opción constitucionalista mayoritaria sin discusión, Esparza con su pertinaz empeño en mantenerse en un inmovilismo absurdo y letal, solo ha conseguido que las enormes posibilidades de NA+ se atomicen en cuatro opciones. Pero no solo ha dañado gravemente al constitucionalismo navarro con su negativa a actuar, es que va a dejar a UPN al borde del abismo

En política, los diferentes movimientos marcan tendencias y las tendencias culminan en resultados electorales. Y hoy es el día en que los movimientos en el centro derecha navarro se sustancian en un PP que atrae a candidatos de UPN un día sí y otro también y un Vox que apunta a que tendrá reales opciones de obtener representaciones tanto en el parlamento navarro como en Pamplona. Es decir, UPN va a pasar de ser el partido referente del centro derecha navarro a ser el partido referente en pérdida de peso y representación política en favor de sus más directos adversarios constitucionalistas.

La estrategia de crear NA+ al final se ha quedado a medio camino y finalmente no va a servir mas que para marcar con fuerza el camino del suicidio para UPN y por ende del propio Esparza. ¿De qué le ha servido a Esparza crear Na+ si posteriormente en vez de culminarla la ha sometido a  un proceso de eutanasia de cuatro años? Un error innecesario y garrafal digno de ser estudiado en los grados y posgrados de ciencias políticas. 

Vox, como partido radical, está destinado a tener un recorrido corto, como le ha pasado a Podemos a nivel nacional. Al final en las democracias asentadas, se tiende a opciones moderadas en torno a fórmulas liberales. Y todo ello, traducido a Navarra, la disolución de NA+ probablemente acabe sustanciándose en un relevo del Partido Popular como marca nacional y regional, sobre la marca local de UPN. 

UPN ya era una excepción, prácticamente todos los partidos regionalistas que han existido en España, y no pocos llegaron a gobernar en sus territorios,  hoy forman parte de un amplio monumento funerario político. UPN en mayo, donde los navarros y el resto de los españoles vamos a acudir a unas urnas  de carácter acusadamente plebiscitario, va a obtener los  peores resultados electorales de su historia. Y para culminar el desastre, a la vuelta de la esquina se va a encontrar con unos comicios nacionales en los que no es opción para nadie. 

Un error de bulto que lo es todavía más cuando al analizar los posibles resultados de la disolución de NA+ no solamente salen a la luz numerosas consecuencias negativas, es que no resulta sencillo encontrar ni una sola positiva. Ni para Navarra, ni para ningún municipio navarro, ni para UPN ni para el propio Javier Esparza. Así se entiende tanta desafección en las filas de UPN, fruto quizá no solamente del fuerte tirón del PP a nivel nacional sino como reacción a la absurda, errónea y a la larga nefasta inacción de Javier Esparza que ha estado toda una legislatura provocando que su mensaje político quedara en un segundo plano tapado una semana tras otra por las dudas sobre la continuidad o no de las siglas que él mismo engendró. Tan absurdo como real. 

De lo que no hay duda es que en mayo va a haber dos ganadores en Navarra, Partido Popular a costa de UPN y Bildu a costa de Geroa Bai. Y dos grandes perdedores, UPN y PSN. Y todo ello va a provocar un terremoto, un mapa postelectoral político cuyas consecuencias nos van a llevar a escenarios de pactos para conseguir conformar gobiernos ciertamente endiablados. 

Y todo ello como consecuencia de la actitud autista de algunos. Porque al igual que Sánchez conocía las graves consecuencias de su tremenda “ley del Sí es Sí”, Esparza estaba más que avisado de las consecuencias de su “No es No”


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