Me refiero a la bronca en el parlamento de este miércoles, con gritos, insultos, expulsiones y un video a cámara lenta para deliberar si un diputado había escupido o no a un ministro. Sí, han leído bien, que si había escupido. Hubo un debate sobre el tema, no sé si cerrado porque me daba tanta vergüenza ajena, alipori que se dice, la noticia que no la he seguido después.
Lo peor es que fui a Google para confirmar la fecha y ver el origen, y al escribir “bronca parlamento” te ofrece la opción de elegir parlamento para ver broncas. Nacional y autonómicos, oigan, una maravilla. Parece que hemos convertido los hemiciclos en batallas de gallos, igual es el momento de buscar alguna bebida energética que esponsorice las sesiones parlamentarias y nos ahorramos un pico, ¿no les parece?
Son nuestros representantes, de una forma u otra los hemos elegido, y destinamos una parte de nuestro trabajo a cubrir sus gastos, como los representantes de los artistas. A ver si se han equivocado de acepción de la palabra representar y se creen eso, agentes artísticos en lugar de representantes políticos. A ver si lo que están haciendo es montar el numerito para darnos notoriedad a sus votantes. A ver si se han creído que somos su Rosalía y nos quieren poner en foco. Tra, tra.
La RAE tiene hasta diez definiciones para la palabra representar, la tercera dice incluso “Dicho de una persona: Manifestar el afecto de que está poseída”, que da un poco de susto. A ver si cuando se definieron las funciones de la cámara de los representantes del pueblo se estaba pensando en una cámara de poseídos. Que explicaría muchas cosas, oigan.
Pero me temo que no. Me temo que lo que pasa es que tenemos un parlamento que es fiel reflejo de la sociedad que estamos construyendo. Nos encanta hablar en tercera persona de los comportamientos de otros cuando es reflejo de nuestros propios comportamientos. Ahora ya estamos en modo pescadilla, y no sabría decir quien es cabeza mordedora y quien cola mordida, pero es desolador ver el nivel de bronca general en el que estamos metidos, ¿y saben qué es lo peor?, que ya no discutimos por fondos, sino por tener razón en las formas.
Es una puñetera vergüenza que estemos discutiendo sobre si se ha escupido o no en sede parlamentaria, y las declaraciones posteriores, las ruedas de prensa, los comunicados oficiales. ¿En serio?, de verdad que nadie va a pararse a pensar sobre lo absurdo, y bochornoso que es que en un país con un paro acuciante o unos datos del sistema educativo que son para llorar sin parar tres días seguidos, estemos hablando del ego de cuatro mamarrachos con unos egos que les hacen olvidar que están ahí representando a todo un pueblo. Esperen, que ahora con lo de la educación se me ha encendido la bombillica. A ver si este es el truco. A ver si lo que pasa es que mejor mantener el foco en lo superficial y así lo importante sigue sin debatirse. Ojo. A ver si es un tema de intereses personales más que de bien común. A ver si lo de representar se refiere solo a la quinta acepción de la RAE que la define como “Interpretar un papel de una obra dramática”. Que si es así nos está saliendo el precio de la entrada por un ojo de la cara.
Miren, esto de ser representante de algo tendría que ser bastante fácil de entender para sus señorías, y si jugaran a un deporte de equipo todavía más fácil. En el mío rugby, ya echaban de menos que hablara de él, ¿verdad?, hay más de setenta fichas de senior, de edades entre los 18 y los taytantos, al menos cuatro nacionalidades oficiales y un porrón más de sentimientos nacionales. Todo tipo de profesiones y no profesiones y tendencias políticas, diría sin miedo a equivocarme que están todas las posibilidades de voto. Creo que lo único que no tenemos es un vegano, de momento. Pues bien con este escenario entenderán que fuera del equipo habría gente que no se encontraría jamás seguramente, incluso habrá quien cuando acabe su periplo deportivo deje de frecuentarnos y no sepamos más de él, que estas cosas pasan, porque en la vida particular uno es muy dueño de hacer lo que mejor decida (siempre que asuma sus consecuencias, ojo, pero eso da para otro tema). Pero cuando uno representa al equipo el papel cambia, y lo personal pasa a un segundo plano, porque eres eso, representante.
Representas a los cientos que jugaron antes que tú, y a los miles que lo harán después. A los que te ven en la grada, a los padres que te confían a sus hijos y a todos los que ya no están pero estuvieron. Y de verdad que esto no tiene nada de poesía, no es mi intención, estoy hablando de responsabilidad. De dar lo mejor de uno mismo en cada entrenamiento para mejorar o hacer que los demás mejoren, y de partirte la cara en cada partido por tus compañeros sin pensar si son mejores o peores personas, o te caen mejor o peor, porque en ese momento eres algo que va más allá de tus necesidades personales. Tu obligación es trabajar para el bien colectivo.
Podemos seguir discutiendo si las formas son tal o cual, pero sólo son el reflejo de que no se entiende el trasfondo. Algo está pasando cuando nuestros representantes políticos son capaces de generarnos la duda de si se escupen o no en sede parlamentaria, o de trabajar sobre proyectos de importancia tal como organizar un mundial entre dos continentes por primera vez en la historia, mientras en la calle la vida real se rompe entre defraudadores, mujeres asesinadas y precariedades laborales.
Se cree mejor ser flor de un día que árbol centenario, buscar ser recordado por algo efímero y personal más que por una aportación duradera. Primero el individuo y luego el conjunto.
Así nos va. Lo que me pide el cuerpo es escupir sobre todo esto, sin dejar duda de que lo estoy haciendo, pero entraría en la misma dinámica barriobajera y mezquina, y quiero pensar que somos más los que hemos venido a jugar en equipo. Recuérdenlo cuando toque votar, o incluso cuando haya que hacer las listas, que igual es hora de pasar de la crítica a la acción.
Tener representes mediocres significa que somos una sociedad mediocre, toca decidir.
¿Qué riesgos estamos dispuestos a asumir?’ ¿Cuál es su salto mortal, queridas y queridos?