- viernes, 30 de mayo de 2025
- Actualizado 16:15
Vuelvo de correr, con la lengua seca fuera (tipitapa, tipitapa. Ko-rri-ka), entro en el portal, abro el buzón y... booooooom. Mi pulsómetro registra un pico, el terror está aquí. Meto un grito y pego un salto hacia atrás, como si hubiera encontrado una multa de la zona azul o una carta exigiéndome el impuesto revolucionario.