Osasuna ha cerrado el mercado de verano con tres fichajes, un regreso esperado y un desembolso de cinco millones de euros. La última incorporación se produjo en las últimas horas del lunes con la llegada del atacante neerlandés Sheraldo Becker, procedente de la Real Sociedad, que firmó por dos temporadas más una opcional.
Llega libre, aunque el club rojillo abonará variables en función de objetivos, y contará con una cláusula de rescisión de 10 millones.
El primero en aterrizar en Pamplona fue el lateral derecho francés Valentin Rosier, fichado del Leganés también a coste cero. Con contrato por cinco campañas y cláusula de 15 millones, el defensa se ha adaptado rápido al esquema de Alessio Lisci, aportando profundidad ofensiva y solvencia en el repliegue defensivo.
El gran movimiento del verano lo protagonizó la dirección deportiva el 11 de julio, en plenos Sanfermines, al cerrar con el Real Madrid el traspaso de Víctor Muñoz. El extremo catalán de 23 años firmó por cinco temporadas a cambio de 5 millones de euros por el 50 % de su pase, más un millón adicional en variables.
Su cláusula alcanza los 40 millones, la más alta de la plantilla. En su debut como titular frente al Valencia ya dejó destellos de velocidad, regate y descaro que entusiasmaron a la afición de El Sadar.
Además, Osasuna ha recuperado a Iker Benito, que regresa tras su cesión en el Mirandés. El lateral y extremo navarro, formado en Tajonar, se ha ganado un sitio en el primer equipo después de rozar el ascenso a Primera en su etapa en Miranda de Ebro.
En cuanto a salidas, la entidad rojilla ha perdido a seis futbolistas: Unai García, Pablo Ibáñez, Rubén Peña, Bryan Zaragoza, Arnaiz y Jesús Areso, este último previo pago de su cláusula de 12 millones para fichar por el Athletic Club.
La plantilla queda prácticamente cerrada, aunque la dirección deportiva trabaja en la posible llegada de un central que sustituya a Enzo Boyomo durante su participación con Camerún en la Copa África, entre diciembre y enero.
